Nina Pont

Tiene nombre de artista y cuerpo de atleta, y se ha convertido en la primera jugadora española de baloncesto becada por un equipo universitario de Estados Unidos. Nina Pont sabía desde hace un año que iba a viajar a Estados Unidos, pero ha sido en los últimos días de julio cuando su cabeza no ha parado de soñar, despierta y dormida, con su aventura norteamericana. "Cada día cambio de sueño. Unas veces me veo en mi habitación, otras veces en el pabellón, viendo jugar a grandes jugadoras. Voy dispuesta a machacarme, porque mi gran aspiración es aguantar cuatro años allí", señala entusiasmada y con la voz ronca, producto de tantas despedidas, la joven promesa del baloncesto femenino español

Nina Pont, 18 años y 1,80 metros de estatura, sueña desde hace un año.. con el equipo Old Dominion, campeón de la Liga universitaria femenina de Estados Unidos. "Es como si me fuera a otro mundo, pero con la diferencia de que volveré", manifiesta Nina Pont entre ilusionada por vivir una nueva experiencia y triste por alejarse de su madre y de sus dos hermanos.Esta capricornio fue descubierta el verano pasado por la entrenadora del Old Dominion, equipo de la universidad de Virginia, cuando participaba con la selección española en el europeo júnior. Un gran encuentro ante la Unión Soviética y otra serie de buenas actuaciones fueron suficientes para que la entrenadora norteamericana apalabrara la marcha de Nina a Estados Unidos.

En Estados Unidos, Nina dispondrá de una beca que incluye además de la práctica del baloncesto, estudiar mecánica dental y gozar de una habitación compartida con otra compañera en el mismo campus.

Nina Pont sabe que esta experiencia le supondrá pasar a la historia del baloncesto español como la primera jugadora que fue becada por un equipo universitario norteamericano. El hecho de que el baloncesto femenino no esté, precisamente, en primera línea en España realza aun más la elección de la jugadora de Manresa. Nina, que confiesa sin rubor que a los 14 arios, cuando jugaba en el Comansi de Barcelona echó de menos a su Manresa y a su familia, cree estar mentalizada para la aventura americana: "Sé que al principio todo va a ser muy duro, pero voy preparada para no jugar al principio; sé que sólo con entrenar puedo mejorar muchisimo mi nivel. Sé que tengo una gran responsabilidad, porque la gente va a estar pendiente de mí. Podía haber dicho no y quedarme en mi casa con los míos, pero voy dispuesta a machacarme".

Nina Pont es la primera en asombrarse de su progresión. Empezó a los 10 años, "pero no jugaba para ser una gran jugadora; de pequeña sólo soñaba con jugar en un equipo senior". Ahora sueña con "aguantar cuatro años en Estados Unidos y volver a España a integrar la selección mayor".

Desde sus comienzos, Nina siempre ha estado ligada al mismo equipo: el Sant Francesc de Manresa, que en la pasada temporada ascendió a Primera División, salvo su brevísimo paso por el Comansi. "Vertimos jugando las mismas chicas desde infantiles", dice. Ella siempre ha jugado de base: "Yo era un taponcito, hasta que un verano crecí bastante y de golpe medí 1,75 metros; y ahora con 1.80 mantengo la misma posición dentro de la cancha".

Nina ya se ha despedido de sus familiares. El día 4 de agosto parte con la selección española hacia Canadá; a partir del día 12 participará en Colorado Springs en el 1 Campeonato del Mundo Júnior, y una vez finalizado el torneo se queda en EE UU para iniciar los entrenamientos en septiembre. "Yo voy lanzadísima y estoy concentrada en atravesar el charco".