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Los jornaleros de Marinaleda vuelven a poner cerco a la sede del Gobierno andaluz

Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda, acompañado por 250 jornaleros de esta localidad, volvió a poner cerco el pasado martes al palacio de Monsalves, sede de la presidencia del Gobierno andaluz, en cuyas cercanías permanecía hasta la tarde de ayer en espera de poder abordar a José Rodríguez de la Borbolla, presidente de la Junta de Andalucía.

El alcalde de Marinaleda piensa denunciar al gobernador civil de Sevilla, Alfonso Garrido, por detención ilegal, y presentar otra denuncia en el Juzgado de Écija, donde aportaría casquillos de balas que fueron disparadas en una de las últimas ocupaciones de la finca El Humoso.

Ayer por la mañana, tras haber permanecido en las cercanías de Monsalves durante toda la noche, los jornaleros de Marinaleda se concentraron ante las puertas del palacio para esperar la salida de los consejeros y de Rodríguez de la Borbolla, que celebraban el último Consejo de Gobierno antes de las vacaciones. Al término de la reunión los jornaleros rodearon la puerta del garaje, y cada vez que salía un consejero porrumpían en gritos de "¡Queremos hablar contigo!", a la vez que ondeaban decenas de banderas andaluzas Fuerzas de la policía procedieron al desalojo de algunos jornaleros, entre los que se encontraba Sánchez Gordillo, que se sentaron ante la puerta del garaje e impedían la salida de los vehículos oficiales.

El alcalde de Marinaleda manifestó que el abogado de los jornaleros ya estaba trabajando en la tramitación de dos denuncias. Una, contra el gobernador civil de Sevilla, por las detenciones sufridas por las 80 jornaleras que pusieron cerco a Monsalves durante cuatro días seguidos; y la otra, para denunciar el hecho de que, durante el transcurso de una de las últimas ocupaciones de El Humoso -finca que ha sufrido 37 ocupaciones en lo que va de verano-, fuese tiroteada una bandera de Andalucía colocada en un árbol, justo encima de donde permanecían algunos jornaleros.

Sánchez Gordillo dice tener en su poder uno de los casquillos, que, según él, pertenece a un rifle o una pistola "disparada por la misma gente que en su día lo hiciera contra Blas Infante, y con la misma intención".

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