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Nivel técnico y nivel político

Sin desdeñar las razones políticas que han movido y mueven al Gobierno para acometer el tema de las televisiones privadas -una regulación que UCD preparó, pero que no pudo ejecutar-, la batalla de la televisión privada se ha convertido en manos del Gobierno en una bomba de relojería que se le puede escapar si no valora a tiempo los mecanismos técnicos, en este caso no de desactivación, sino de puesta en funcionamiento. Ahora, según palabras del ministro de la Presidencia, Javier Moscoso, el Gobierno ya tiene suficiente nivel de información como para resolver los problemas decisivos relacionados con la concesión de licencias. Se trata de una decisión con dos vertientes, una política y otra técnica. Las dos están necesariamente interrelacionadas.Los aspectos políticos del tema parece que van a ser resueltos con la concesión de dos cadenas de ámbito nacional a dos grandes grupos, según se ha venido diciendo en ambientes de empresas periodísticas, principales aspirantes a obtener una estación de televisión privada. El grupo Z, por una parte, y otras empresas, y por la otra PRISA, editora de EL PAÍS, y otros grupos periodísticos, son dos de los aspirantes más fuertes a obtener esta licencia. La resolución de los problemas tecnológicos y económicos parece que no es tan sencilla. Para saber cuántas licencias se pueden conceder o el modelo de televisión al que se aspira -si el británico, el italiano o un modelo mixto- es necesario conocer con exactitud de quién van a depender la red o las redes básicas de transmisión de señales y cuál va a ser el grado de autonomía de cada estación.

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Las concesiones de canales privados de televisión se harán en esta legislatura, según Moscoso

Estudio de costes

Además habrá que aclarar las posibilidades de utilización de los satélites de comunicación directa, para lo que previamente el Gobierno deberá decidir también sobre la puesta en órbita o el alquiler de un satélite para uso exclusivámente de España. Sobre este tema, Moscoso dijo que el Gobierno se encuentra estudiando una solución. Cuando se resuelvan los problemas técnicos de cobertura de las señales (en la actualidad, TVE no alcanza a todo el territorio nacional) el Gobierno podrá saber también el número de estaciones, tanto de ámbito nacional como local, que pueden existir para que no resulte caótica la circulación de señales por el espectro radioeléctrico.

Tampoco parece suficientemente estudiado el coste económico. Y es algo que preocupa al sector privado que aspira a obtener uno o varios canales. Las altísimas inversiones que exige el planteamiento del canal privado, que tenga vocación de rentabilidad, se encuentran en España con el problema de un mercado publicitario limitado -la publicidad es la primera fuente de ingresos de los medios de comunicación privadosy que está dominado por la televisión estatal.

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Algunos de los publicitarios que han participado en el seminario que fue clausurado ayer en Santander por Javier Moscoso temen que no habrá suficiente publicidad para dos nuevos canales de ámbito nacional, a no ser que se busquen otros métodos de financiación de la televisión pública, como podría ser el pago de un canon.

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