'Otelo', en el estadio Vicente Calderón
Finalizada a altas horas de la madrugada la representación popular de la ópera Otelo en el estadio Vicente Calderón, un profano en este género musical y neófito en la asistencia a espectáculos de ópera, como en él es habitual, lee EL PAIS para contrastar lo que le ha parecido intuir en directo, con la opinión autorizada y experta del crítico musical que, así es de esperar, ha asistido comisionado por ese diario a la representación operística.Desea que le informe sobre la puesta en escena, la calidad de los coros, el color de las voces y de tantos y tantos matices que, ingenuo aprendiz, intuye que se dan en un espectáculo de este género. Él ha percibido ciertos aspectos, pero espera la ratificación y contraste de un experto. Y, ¿qué encuentra en EL PAIS? Pues le dicen que hay micrófonos y cables -descubrimiento de la retransmisión del sonido a distancia-, también le dicen que por los micrófonos se perciben ruidos ajenos a las voces -vaya la selección de ondas inventada.
¡Ah! Y también nos dicen que las voces de los intérpretes son bellas, pero que, pobre componente de una masa de 40.000 individuos, no las pude oír bien. ¡Pues qué suerte!
Yo oí razonablemente bien para el recinto en el que se desarrolló Otelo. También vi unos decorados bien montados y unas voces que a mí, novato e incultivado aficionado me parecieron, a pesar de los ruidos, brotar de otro mundo.
También vi a mi alrededor entusiasmarse a los espectadores y aplaudir de una forma entusiasta en varias ocasiones.
Casi estoy seguro de que todo resultará mejor en el Carnegie Hall, en la Scala de Milán, en la ópera de París o Viena, también en la Zarzuela de Madrid o en el Liceo de Barcelona, pero no puedo ir. ¡Resulta que yo y otros 40.000 no pueden ir!
De por sí la cultura tiende a ser elitista, y en España, además, se promueve este aspecto tanto por la Administración como por los propios intelectuales. ¿Sigue su periódico la misma tendencia? ¿No hubiera merecido ese espectáculo masificado una atención más rigurosa y profesionalizada por parte de ese diario?
A falta de crítica musical sí he aprendido sobre medidas de escenario, personal de seguridad y otros datos técnicos de importancia capital para un espectador musical.-
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