_
_
_
_

El embajador de España en Zimbabue falleció estrangulado

El embajador de España en Zimbabue, José Luis Blanco-Briones, resultó muerto por estrangulamiento, según informó en Harare un diplomático que tuvo acceso al informe forense. Ayer se anunció la inminente puesta en libertad de los dos técnicos españoles de la empresa Construcciones Aeronáuticas, SA (CASA), Pedro Mateu Ciabells y Jesús Martínez Ziganda, que habían cenado con el embajador poco antes de que fuera asesinado. El cadáver del diplomático llegará hoy a las once de la mañana al pabellón de Estado del aeropuerto de Barajas, en donde le serán rendidos honores militares.

Tras ser estrangulado, el cadáver de Blanco-Briones fue golpeado con los palos de golf que transportaba en su coche. En éste fue encontrado, debajo de la alfombra, su reloj de pulsera, un cartier de oro, que su esposa, Verónica Cousteau, le había regalado el día de su boda.Este hecho se ha prestado a diversas especulaciones: ¿escondió el embajador su reloj porque presentía que iba a ser robado o porque se dirigía a un encuentro en el que temía ser víctima de robo?. La policía de Zimbabue parece seguir la hipótesis del robo como la más probable. El cuerpo fue encontrado sin pantalones ni chaqueta, apenas con la ropa interior y la camisa.

El automóvil del embajador -en el momento en el que fue encontrado en un barrio residencial de las afueras de Harare- llevaba cubierta la matrícula diplomática con la placa turística alemana que normalmente acompaña a estos vehículos de importación. Para ello, se había utilizado goma de pegar. Fuentes diplomáticas españolas consultadas ayer en Madrid se resistieron a ofrecer una explicación a este hecho.

Honores militares

El cadáver del diplomático José Luis Blanco-Briones, asesinado en Zimbabue, llegará hoy a las 11 horas al pabellón de Estado del aeropuerto de Barajas. Su viuda y el director para África y Oriente Próximo del Ministerio español de Asuntos Exteriores, Manuel Sassot, viajan en el mismo avión.El féretro será recibido con honores militares y la recepción estará presidida por el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez. Un grupo de soldados del Ejército del Aire trasladará el féretro a hombros. Posteriormente, se celebrará un funeral en la Iglesia de Santa Cruz, próxima a la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores. El cadáver será exhumado en el cementerio madrileño de la Almudena.

Los medios diplomáticos de Harare consultados ayer tarde por EL PAIS -en los que se conocía bien y se apreciaba al embajador español asesinado- nunca tomaron en serio la retención de los dos técnicos españoles de la empresa CASA.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El estado de Pedro Mateu Cubells y Jesús Martinez Ziganda -los dos ingenieros de CASA, que fueron detenidos el pasado lunes por la mañana por la policía- es bueno, según informó la propia empresa. Aunque, según añaden estas fuentes, se encontraban detenidos en dependencias policiales, permanecían en contacto con el personal diplómatico español que se desplazó a Harare. Según estas mismas fuentes, no existe acusación alguna contra ellos.

Pedro Mateu, casado y con dos niños, y Jesús Martínez, también casado, pertenecen al servicio post-venta de la empresa CASA. Ambos fueron las dos últimas personas que vieron con vida al embajador. La empresa CASA declaró que los dos ingenieros se encontraban en Zimbabue para atender los servicios de los 6 aviocares C-212 vendidos a Zimbabue. Estas mismas fuentes añadieron que era usual que el personal de la empresa que viajaba a este país africano visitara la Embajada y se entrevistara con el embajador.

Según informaron ayer fuentes diplomáticas españolas, se espera que esta tarde sean puestos en libertad los dos técnicos de CASA detenidos, si bien no se excluye la posibilidad de que el juez les pida que se queden aún en Harare hasta que se terminen de aclarar los hechos. Estas fuentes dijeron a lo largo de todo el día de ayer que era "impensable" que se produjeran cargos contra los dos técnicos.

El ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, manifestó ayer su preocupación por los dos empleados de CASA detenidos en Zimbabue. Al regreso del viaje que había realizado a Bruselas para participar en la cumbre de las Comunidades Europeas, el ministro manifestó que "ahora lo que nos preocupan son los dos empleados de CASA detenidos en Zimbabue".

Fernández Ordóñez aclaró que ambos estaban "retenidos y no detenidos" y dijo que era Iógico que continúen a disposición judicial". El ministro añadió que "no hay nuevos elementos de juicio sobre qué es lo que sucedió y quién lo hizo", pero se manifestó "completamente convencido de que las autoridades de Zimbabue están intentando por todos los medios averiguar exactamente de qué forma se produjo este crimen".

José Andrés Gallegos, director de la sección de África subsahariana del Ministerio español de Asuntos Exteriores -que acompañó desde Madrid a Harare a Manuel Sassot- se quedará en la capital de Zimbabue hasta que se aclaren los hechos, según informaron ayer fuentes diplomáticas españolas. Gallegos permanecerá en Harare hasta que llegue a esa capital el nuevo primer secretario de la Embajada de España en Zimbabue -puesto que acababa de ser creado-, Manuel Salazar.

Las gestiones para el traslado del cadáver se retrasaron ayer por los numerosos actos oficiales que se convocaron en Zimbabue con motivo de la apertura del Parlamento. Estos mismos actos retrasaron también las gestiones hechas por Sassot para tratar de aclarar los hechos. Fuentes diplomáticas españolas no se atrevían ayer a aventurar ninguna hipótesis entre las que se manejan para buscar una explicación al asesinato del embajador español.

En Harare, las autoridades guardaban el más absoluto hermetismo y, en diversos medios consultados por la agencia Efe, se señalaba que se podía considerar en las próximas horas el refuerzo de seguridad en torno a las legaciones diplomáticas acreditadas en Harare.

Asunción, París y Viena

José Luis Blanco-Briones y de Cuellar, de 49 años de edad, ingresó en la carrera diplomática en 1963, siendo destinado como segundo secretario a la Embajada de España en Asunción (Paraguay). Tras servir como jefe de África del Norte en el Ministerio, fue enviado como primer secretario a la Embajada de España en París.En 1975, al acceder al rango de consejero, fue destinado a la Embajada de España en Viena, siendo nombrado, un año después, representante permanente adjunto de España ante el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), con sede en esa ciudad. En 1977, fue nombrado ministro-consejero (número dos) de esa misma embajada.

El último puesto en el Ministerio de Asuntos Exteriores lo tuvo el embajador asesinado cuando fue nombrado subdirector general de Política Exterior para América del Norte y Pacífico, en 1978. El 4 de septiembre de 1981 José Luis Blanco fue nombrado embajador en Zimbabue, poco después de la independencia de este país.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_