Flamenco y Televisión, casi nada
Creo que por primera vez anoche el programa Música y músicos dio cabida en su media hora de tiempo al arte flamenco. Y lo hizo muy dignamente, además al ofrecernos un excelente concierto de guitarra por José Antonio Rodríguez. Es éste uno de los más jóvenes valores hoy en la guitarra flamenca. Y si tenemos en cuenta que el toque es la faceta de lo jondo que se halla actualmente en un momento de mayor esplendor, damos por hecho que Rodríguez es un valor firme, a tener en cuenta ya entre los buenos concertistas que hay ahora y más aún de cara a un futuro no a muy largo plazo, cuando adquiera experiencia y vaya madurando y sedimentando las ricas esencias de su arte.José Antonio Rodríguez fue uno de los seis tocaores que en octubre de 1984 disputaron, en el marco de la III Bienal de Arte Flamenco Ciudad de Sevilla, el Giraldillo del Toque, máximo galardón que hoy se otorga en este arte. Los guitarristas hubieron de actuar en las tres facetas posibles, en concierto, acompañando al cante y acompañando al baile, y aunque Rodríguez no fue el ganador, tanto la crítica como el público reconocieron que su actuación había sido de enorme calidad. Algunas partes de esa actuación, grabadas entonces en directo, son las que anoche ofreció Música y músicos.
El programa vino a mitigar así, en cierta manera, la carencia casi absoluta que estamos sufriendo desde hace ya tiempo del tema flamenco en TVE. Estamos en pleno verano, la época en que se celebran cerca de 200 festivales flamencos -y quizá me quedo corto- en toda España, y nuestra pantalla nacional ni siquiera parece haberse enterado. Si tan difícil es la creación de programas propios en un arte absolutamente específico de la vida cultural española, el único que en ningún caso se puede transferir a otro ámbito nacional, ¿por qué no hacer cada verano una ruta de festivales que transmita lo mejor de los mismos, o un festival a la semana elegido entre los mejores que en la misma se hayan producido?
Escasa atención
Porque ocurre que en los últimos meses -y creo que me quedo muy corto en el plazo-, salvo alguna actuación esporádica, como la que nos da pie para este comentario, la única atención que TVE ha dedicado al tema flamenco ha sido la del programa La buena música, que cada seis u ocho semanas acoge una de las entregas de Romualdo Molina y Miguel Espín que con el título De los flamencos están realizando actualmente.Pero esto es a todas luces insuficiente, pues aparte la distanciación que supone emitir cada uno de estos espacios con tan dilatados intervalos de tiempo, está el de la heterogeneidad propia del programa anfitrión. La buena música, que alterna el flamenco con jazz, clásica, polifonía, folclor y un largo etcétera. Y por añadidura está la irregularidad en la transmisión que a veces sufre De los flamencos. Aparte los cambios de día y hora -que ésa es otra-, sucede que un programa anunciado no se emite el día y la hora previstos. Esto ha sucedido, que yo recuerde, por lo menos en dos oportunidades. La última, el pasado 7 de julio, cuando estaba programado el espacio que tenía como tema el arte flamenco en Almería. Pues bien, según mis noticias, hubo dificultades en el montaje, por desperfecto de las máquinas empleadas en el mismo, y como no se pudo adjudicar a los realizadores otra sesión de montaje con tiempo suficiente, el espacio no se emitió. Tampoco fue sustituido por otro de la misma serie, o siquiera de tema flamenco. Ahora parece que se le ha fijado fecha al tema de Almería, el 4 de agosto.
Pero aunque De los flamencos se emitiera bien y con regularidad, es evidente que el aficionado al flamenco no tiene en TVE ninguna cita fija, periódica, con el arte de su preferencia. Lo que nos parece inadmisible cuando lo cierto es que todo el país presta atención cada vez mayor a este arte, que las audiencias acuden progresivamente en mayor volumen a los espectáculos del género. A lo mejor es que esta televisión es otro país.
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