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Paseo nocturno por un Madrid multitudinario

Las tribulaciones de un director de sala

Amelia Castilla

Lorenzo Rodríguez, un andaluz de 31 años, que dejó su trabajo de dependiente para dedicarse de lleno al mundo de la música, regenta actualmente la sala Astoria, un antiguo cine transformado en discoteca que se ha convertido en el templo oficial de la modernidad después del cierre gubernativo de Rock Ola. En su curriculum se apunta la apertura del Jardín, y las inauguraciones del Marquee, Rock Ola y Autopista.

Empezó en el Jardín allá por el 78 y fue el primero en habilitar un establecimiento en el que debutaron grupos madrileños como Mamá y Los Secretos, cuyas canciones se escuchaban en Onda 2 en los programas radiofónicos de Gonzalo Garrido, Mario Armero, Jesús Ordovás y Juan de Pablos. El local se quedó pequeño nada más inaugurarse y Jorge González, propietario de varios locales, decidió cederle la sala en la que actuaban a diario Tip y Coll, situada en la calle de Padre Xifré.

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Abrieron el Marquee y al poco tiempo se encontraron con el mismo problema, la sala, en la que se hacinaban alrededor de 600 personas, se quedaba pequeña y tuvieron que habilitar un bingo, situado en la planta superior como lugar de actuaciones. En marzo de 1980 se abrió Rock Ola con Lorenzo al frente de la sala y Mario Armero como buscador de grupos. En el templo, que sirvió de pista de despegue para bandas madrileñas que el tiempo se encargó de borrar, tocaron, entre otros grupos, los Stranglers, Siouxie and the Banshees, Depeche Mode, Echo and the Bunnymen, Iggy Pop, Spandau Ballet, y Simple Minds.

Lorenzo sonríe ahora, desde su metro ochenta y cuidada vestimenta, cuando le dicen que sin su colaboración no habría existido la movida. Se muestra contrario a todo lo que signifique servicio de orden en las salas y le repele el sistema de tickets y vasos de plástico, pese a que la sala que él regenta se apliquen estrictamente.

El director de Astoria mantiene su actividad nocturna a base de un estricto control de copas. El promotor de una de las experiencias más interesantes en la historia de la música pop en España es fan de todo lo nuevo y en sus ratos de soledad escucha a Bob Dylan y Elvis Presley.

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