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Soares espera el respaldo de los socialistas portugueses a su candidatura presidencial

La convención nacional del Partido Socialista (PS) portugués, convocada para el 27 de julio, debe decidir el apoyo del partido a la decisión de su secretario general y actual primer ministro portugués, Mario Soares, de concurrir a las elecciones presidenciales de diciembre próximo no en la calidad de secretario general o de militante socialista, sino como candidato de unidad nacional, capaz de asegurar la estabilidad política y social con el mayor consenso posible. Soares fue invitado a presentar su candidatura a la presidencia de la República por un grupo de personalidades independientes, y ahora espera la luz verde del partido.

La recepción de Soares a algunas decenas de personalidades "no socialistas, pero de prestigio nacional", de las cerca de 700 que firmaron el manifiesto en favor de su candidatura, ha sido unánimemente calificada por la Prensa portuguesa como el "verdadero puntapié de salida" de la campaña electoral. Soares aceptó la "inmensa responsabilidad nacional" que constituye el encargo de una candidatura "no partidaria, y que se colocará voluntariamente bajo el lema de la independencia", condicionando el sí definitivo a que el PS apruebe una candidatura de este tipo y a que "me apoye a fondo para conseguir este objetivo nacional".Todos los comentarios subrayan que la convención nacional socialista del 27 de julio es una mera formalidad y que se limitará a ratificar la estrategia dibujada por el actual secretario general del PS, a pesar de las reservas manifestadas por importantes dirigentes y miembros socialistas del Gobierno. En cambio, las opiniones se dividen acerca de la representatividad de la comisión nacional de apoyo, constituida, según la expresión de un opositor, esencialmente por altos funcionarios, comerciantes y figuras populares del fútbol y del atletismo portugués. Las únicas sorpresas las constituyen personalidades tradicionalmente consideradas eanistas, como el ex primer ministro Antonio Nobre da Costa y el consejero de la presidencia Joaquim Aguiar, cuya conversión al soarismo alimentó rumores de supuestas negociaciones entre el presidente, Antonio Ramalho Eanes, y Mario Soares, las dos personalidades que siguen polarizando la vida política portuguesa.

La incógnita del PRD

Mientras el estado mayor del PS se prepara a tirar de la candidatura nacional de su secretario general desde la campaña de los socialistas para las legislativas del 6 de octubre próximo, la dirección del Partido Renovador Democrático (PRD) trata de resolver el problema opuesto, o sea, transformar en votos el prestigio político y la popularidad del general Eanes, impedido, por el desempeño de la jefatura del Estado, para encabezar la campaña electoral del PRD. Después de un arranque un tanto vacilante, la campaña del PRD ha adquirido, a partir de la legalización del partido, un dinamismo que sorprende y preocupa a las direcciones de los demás partidos.La mujer del presidente, Manuela Eanes, confirmó su participación, a título personal, en la campaña del PRD, y el peso electoral de esta decisión se hizo patente en las acusaciones de peronismo, con que fue acogida en la Prensa progubernamental. Las encuestas atribuyen del 7% al 28% de la intención de voto al nuevo partido; los dirigentes del PRD se fijan el objetivo del 10%, que les aseguraría, con unos 20 escaños, el papel de árbitro en la futura asamblea de la República.

Socialdemócratas y democristianos han abierto las negociaciones con vistas a la constitución de listas conjuntas para los comicios de octubre. En una carta enviada el jueves al líder del Partido Socialdemócrata (PSD), Anibal Cavaco Silva, por el jefe del Centro Democrático y Social (CDS), Francisco Lucas Pires, propuso "un encuentro inmediato y sin condiciones previas para afirmar la existencia de una fuerte voluntad común de coalición y entendimiento". Dicho encuentro serviría también, según el líder del CDS, para "establecer de inmediato las bases generales de un acuerdo político entre los dos partidos con vistas a asegurar las condiciones de una mayoría y de un Gobierno para los próximos cuatro años".

Los sacrificios exigidos a unos y otros son importantes, ya que el CDS, que reconoció al PSD el derecho a la jefatura del Gobierno en caso de victoria de la coalición, continúa exigiendo la formación de listas paritarias, mientras que Cavaco Silva pretende que los futuros mandatos se distribuyan en proporción a los resultados de 1983, en los que el PSD obtuvo cerca del 28%, de los votos y 11 CDS poco más del 11%, Cualquiera que sea su resultado inmediato, estas negociaciones han tenido ya el mérito de clarificar las futuras álianzas. Si es el más votado en octubre, según parecen indicar los más recientes sondeos, el PSD tratará de formar gobierno con el CDS y apoyará la candidatura presidencial del ex líder democristiano, Freitas do Amaral.

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