La industria publicitaria, contra la ley sobre el tabaco y el alcohol
Representantes cualificados del sector publicitario de Cataluña han mostrado su total oposición a la ley del Parlament que, además de la prohibición de expender bebidas alcohólicas y tabaco a los menores de 16 años, impide hacer publicidad de estos productos en las vallas exteriores y las salas de cine. El texto legal fue aprobado la semana pasada.
Los representantes del sector acusan al conseller de Sanidad, Josep Laporte, de "cerrazón total" y de presentar el texto como un hecho consumado. Los publicitarios solicitan que, en vez de prohibir estos anuncios de alcohol y tabaco, la Generalitat los regule. Los empresarios estudian actualmente la posibilidad de tomar medidas legales que impidan la aplicación de la ley.
En medios socialistas se critica esta ley de Convèrgencia por considerarla muy mal hecha y estimar que habría sido mucho más eficaz un plan concreto de lucha contra el alcoholismo y la drogodependencia: "Habría sido más útil diseñar un mapa sanitario que hacer esta legislación que afecta a unos temas que, en parte, son más comerciales que sanitarios".
Oleguer Jacas, presidente de la Asociación Catalana de la Publicidad, sostiene que "la publicidad trata de que el consumidor cambie de marca pero no fomenta el consumo, y la que se hace en el exterior es una mera prolongación de los escaparates. Lo del cine también es un castigo, porque se trata de una audiencia autosegmentada. Las películas de televisión incitan mucho más el consumo que cualquier valla publicitaria".
Para Enrique Nebot, director de la revista publicitaria Control, la ley es "claramente atentatoria para la unidad de mercado: una marca de alcoholes o de tabaco podrá utilizar las vallas o las salas cinematográficas en todo el Estado menos en Cataluña. Nebot duda de la constitucionalidad de esta ley y explica que, "según las estadísticas, también son peligrosos los automóviles y a nadie se le ocurre prohibir su publicidad".
Los empresarios de salas cinematográficas consideran de "enorme gravedad" la medida. En los cines de estreno se están programando tres o cuatro películas publicitarias por sesión, y la mitad anuncian tabaco o alcohol. Las repercusiones serán igualmente importantes en el sector de publicidad exterior, ya que el 25% de los anuncios son de alcohol y tabaco, lo que representa en Cataluña una facturación de más de 700 millones de pesetas. "Además, los costes de producción se dispararán si las campañas generales no pueden hacerse también para esta autonomía", según representantes del sector. Un informe de la Unión de Licoreros de Cataluña estima que esta normativa "vulnera una serie de derechos reconocidos en la Constitución".
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