Construcciones y Contratas estudia tomar la gestión del Banco Zaragozano, al ser el principal accionista
Construcciones y Contratas, empresa presidida por Ramón Areces, que posee el 20% del capital del Banco Zaragozano y que hasta ahora no había ejercido ningún tipo de control sobre la entidad financiera, parece que ha cambiado de opinión y trata de que su presencia se deje notar. Rafael Martínez Cortiña, actual consejero delegado del Banco Exterior, que ha anunciado su dimisión cuando haya nuevo presidente, puede ocupar este puesto en el nuevo Zaragozano. Si se materializase la operación, Construcciones pasaría a ejercer el control sobre el banco que le corresponde en función de su participación.
Hace ahora tres años que Construcciones y Contratas empezó a comprar, en bolsa, acciones del Banco Zaragozano como una fórmula de rentabilizar sus excedentes empresariales. A mediados de 1983 controlaba ya el paquete minoritario más importante, por encima del 10%, y en la actualidad posee el 20% de los 5.732 millones de pesetas del capital del banco.Con esta participación, la mayor de todas, tiene derecho de control sobre la entidad. Posibilidades que podrían acrecentarse si se mantuviera la tendencia de compra de acciones y de las que parece existen ya algunos contactos con algunos de los grupos que tienen paquetes significativos, aunque menores del controlado por Construcciones y Contratas.
Los vínculos
Ramón Areces preside el consejo de administración de Construcciones y Contratas, lo mismo que El Corte Inglés. Isidoro Álvarez, consejero-director general de El Corte Inglés es, asimismo, vicepresidente de la empresa de construcción. No existe formalmente vínculo de grupo entre ambas sociedades, aunque en medios financieros se señala que, aparte de que sean las mismas personas las que ocupan los principales puestos en los consejos, existen otras relaciones estrechas entre los principales accionistas de Construcciones y Contratas y Ramón Areces.
La decisión de ofrecer el puesto de consejero delegado del Banco Zaragozano a Rafael Martínez Cortiña -oferta que no ha aceptado todavía el aún consejero delegado del Exterior- se interpreta como el primer paso para tomar la gestión de la entidad financiera que, aunque no tiene problemas de solvencia, es un banco con una rentabilidad ligeramente descendente y con cierta pesadez.
Esta decisión contrasta con la adoptada cuando empezaron a comprar las acciones que ahora poseen, ya que en aquel momento Construcciones señaló que no quería ni siquiera ocupar un puesto en el consejo de administración del Zaragozano.
El Banco Zaragozano, con 5.732 millones de pesetas de capital y 6.986 millones de reservas, obtuvo 1.316 millones de pesetas de beneficios antes de impuestos el año pasado, con unos activos totales de 240.000 millones de pesetas. En 1983 los beneficios ascendieron a 1.251 millones de pesetas. El presidente de la entidad subrayó en la última junta de accionistas que "los meses de 1985 transcurridos -la junta se celebró en junio- nos muestran un contexto similar al del año pasado, manteniéndose la tendencia descendente de los tipos de interés, si bien se está produciendo alguna mayor pulsación de la demanda de crédito por parte del sector privado, que de confirmarse y ampliarse a lo largo del ejercicio, podría significar la recuperación de la demanda inversora, de que tan necesitada está la economía española". En los últimos años, el Zaragozano ha ido creando su propio grupo financiero. En el mes de enero quedó constituida Banzano Hipotecario, con un capital social de 250 millones de pesetas. Esta sociedad tiene como objeto principal atender la demanda de crédito de las economías domésticas para la adquisición de vivienda y otros edificios, recabando su financiación mediante cédulas hipotecarias y depósitos a largo plazo.
El Banco Zaragozano forma, junto con el Pastor, Hererro, Sabadell y March, el llamado grupo de los cinco, bancos de mediano tamaño que pretenden mantener su independencia frente a los grandes bancos nacionales.
En los dos últimos años el Zaragozano ha tratado de crecer mediante la adquisición de entidades en dificultades y, por ello, intentó un acercamiento al Banco de Levante, antes de que fuera declarado oficialmente en crisis, que no culminó porque la familia Garrigues, principal accionista de aquel banco, puso condiciones muy elevadas para el traspaso del Levante. Una vez que el Banco de Levante entró en el Fondo de Garantía de Depósitos, el Zaragozano negoció adquirir algunas de las oficinas que el Citibank no quería.
La reprivatización de los bancos pequeños de Rumasa, en la que el club de los cinco participó suscribiendo una parte de la deuda a bajo tipo de interés con la que se cancelaron los créditos a las empresas de Rumasa, fue el momento que aprovechó el Zaragozano para hacerse con otra ficha bancaria al adquirir el Banco de Toledo, al que trasfirió la mayor parte de las oficinas que había comprado del levante.
Nuevos negocios financieros
En medios financieros se señala que si las empresas presididas por Ramón Areces se deciden a tomar el control del Zaragozano puede resultar un revulsivo importante para esta entidad, dada la potencia que Construcciones y Contratas y El Corte Inglés tienen y lo que de negocio derivado puede resultar de ello.
En este sentido se especula con la posibilidad de que se pueda llegar a algún tipo de colaboración entre la principal cadena de grandes almacenes y el banco para ofrecer algunos de los servicios financieros que compañías de distribución, como la Sears norteamericana, vienen desarrollando desde hace varios años. El Corte Inglés podría ayudar al crecimiento del Zaragozano mediante esta fórmula que también reportaría ventajas de carácter financiero a la sociedad de grandes almacenes.
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