_
_
_
_
El congreso debate la crisis de Gobierno

Los grupos de oposición reaccionaron negativamente ante las explicaciones

Los portavoces de todos los grupos parlamentarios se mostraron ayer claramente insatisfechos por las explicaciones que el presidente del Gobierno ofreció sobre la crisis. "La crisis le ha estallado al presidente en las manos y ha quedado muy claro que no la puede explicar", afirmó Fraga al finalizar el debate, cuyo desarrollo también fue criticado por el dirigente conservador: "Nunca he visto un debate tan ramplón", afirmó Fraga.El político conservador consideró injustificadas, a tenor de las explicaciones de Felipe González, los cambios introducidos en el Gobierno. "El cambio de un ministro de Asuntos Exteriores, aunque no sea Grorniko, es un acontecimiento de gran importancia y noticia de primera página en todos los periódicos de cualquier país democrático", informó Fraga.

Igualmente insuficientes le parecieron las explicaciones en torno a los ceses de los titulares de Administración Territorial y Economía. El presidente de AP está convencido de que este Gobierno lleva a España hacia el Tercer Mundo y el "desclasamiento". Esto último, al estimar que el Ejecutivo actual arruina a las clases medias españolas.

Miquel Roca, portavoz de Minoría Catalana, salió del debate visiblemente descontento. "No se ha aclarado nada y continúan los grandes misterios", dijo el político catalán, para quien lo más grave es que Felipe González asegure que la política de su Gobierno no va a variar. En este mismo sentido se manifestó el centrista Luis Ortiz, que reclamó del Gobierno, tras los cambios de las personas, un giro en la orientación "que genere confianza".

Marcos Vizcaya, portavoz del PNV, mantuvo un tono claramente conciliador y ofreció un voto de confianza al nuevo Gobierno. A pesar de esta actitud positiva, Vizcaya criticó la "improvisación" con la que a su juicio se había llevado la crisis.

Para Francesc Vicens, de Esquerra Republicana de Catalunya, el adjetivo apropiado para esta crisis es el de "secretismo", y, como casi todos los portavoces, dijo no entender "el repentino cansancio de Miguel Boyer".

Los únicos satisfechos de este debate fueron los socialistas, según las breves apreciaciones del presidente en funciones de ese grupo, Eduardo Martín Toval. La satisfacción oficial del Grupo Socialista se basa en que "se mantiene la actual política", aunque entiende que la oposición nunca se da por satisfecha.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Por otra parte, el secretario de organización del PSOE, José María Benegas, afirmó ayer, en un acto organizado por su partido sobre el futuro del río Tajo, la normalidad con la que se había producido esta crisis. "No ha habido grandes divergencias en el partido sobre el desarrollo de la crisis", dijo Benegas, y que a partir de ahora los cambios suponen "desde la continuidad, el impulso necesario para terminar la legislatura". No quiso entrar Benegas en los motivos que han inducido al ex ministro Miguel Boyer a dimitir. "Eso lo tiene que explicar el presidente o el propio Boyer", concluyó José María Benegas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_