Ángel Serrano,

secretario general de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, ha ordenado terminar con las pulgas en el regio Palacio de la Magdalena, de Santander, después de que sus picaduras afectaran al propio rector, Santiago Roldán. Alumnos y profesores de este centro veraniego, amenazado ayer por una alarma de bomba sin consecuencias, han dado muestras en los últimos días de crecientes estragos cutáneos a cargo de tan picante insecto. Pero los rigores del presupuesto -precisamente esta semana se desarrolla en La Magdalena un curso sobre déficit público, dirigido por el profesor Fuentes Quintana- habían causado en las necesidades de fumigación tanta mella como los dichosos bichos. Para contraste, los alrededores del palacio están siendo objeto de una inversión pública para dotarlos de piscina para focas. La ingente obra es auspiciada por el alcalde de Santander, el político conservador Juan Hormaechea Cazo, a quien las últimas encuestas prometen la reelección pese a que ha mantenido a capa y espada un recargo municipal del 10% en el impuesto sobre la renta, con evidente mejor suerte que Leguina en Madrid.