La Administración prevé una inflación del 12% para 1986 como consecuencia de la implantación del IVA
Medios oficiales del Gobierno han comenzado a barajar la hipótesis de trabajo, dentro de una tarea de planificación de algunos sectores industriales, de una inflación del 12% para el próximo año. La razón primordial de este fuerte aumento del crecimiento de los precios -entre tres y cuatro puntos por encima de la inflación prevista para este año- se sitúa en la implantación del impuesto sobre el valor añadido (IVA) y en los efectos que puede tener para la economía la adhesión a la Comunidad Económica Europea (CEE). Asimismo, la hipótesis del cambio del dólar se sitúa en 175 pesetas hasta 1990.
La previsión del fuerte aumento de la inflación está contenida, de manera oficial, en una carta que el Ministerio de Industria dirigió a los presidentes de las empresas eléctricas el pasado 29 de junio, en la que se solicitaba un programa de actuación para el sector hasta 1990. La carta iba firmada por Carmen Mestre, directora general de la Energía, que ayer confirmó, consultada por este periódico, que el pronóstico inflacionista es tan elevado como consecuencia de la implantación del impuesto sobre el valor añadido.La constatación de este efecto sin embargo, no es tan significativa en términos porcentuales en otros medios oficiales, tales como el Ministerio de Economía y Hacienda. Altos funcionarios de este departamento han señalado que el efecto del IVA en la inflación puede ser inferior a estos tres puntos, aunque añadieron que, por el momento, es prematuro avanzar una hipótesis acertada.
En la carta de Carmen Mestre a los presidentes de las compañías eléctricas, las previsiones de inflación hasta el año 1990 van desde el 9% para el presente año (el mismo porcentaje anticipado por Economía y Hacienda en sus últimas previsiones) hasta el 5% en el año 1990. El más alto corresponde a 1986 (12%), con un 9%. para 1987 y un 6% para 1989. Respecto al cambio de la peseta, el pronóstico es de 175 pesetas hasta 1990, mientras el crecimiento del consumo eléctrico se sitúa dentro de la banda anticipada en las estimaciones del Plan Energético Nacional de 1983; es decir, un 3,3% de incremento anual acumulado hasta 1992.
Efecto sobre las tarifas
La directora general de la Energía declaró ayer que estos cálculos sobre inflación, crecimiento y cambio de la peseta son ejercicios teóricos, aunque, por supuesto, "están fundamentados en unas previsiones reales". "A nuestro juicio, el impacto inflacionista del IVA puede situarse en tres o cuatro puntos, y por eso hacemos previsiones sobre esa base", declaró.
La solicitud a las empresas eléctricas de sus previsiones para este año y los próximos guardan relación con el programa de saneamiento financiero que el Ministerio de Industria y Energía puso en vigor el pasado año para las empresas del sector. En este sentido, la información que se le solicita se ajusta a las nuevas órdenes ministeriales que se publicaron durante el mes de abril pasado y en las que se regulan los porcentajes de ingresos que las compañías deberán destinar a amortizaciones, financiación de la moratoria nuclear y otras actividades relacionadas con el negocio eléctrico.
Según fuentes fidedignas, la carta de Mestre ha producido una cierta sorpresa entre sus destinatarios, precisamente por la cuantía del porcentaje previsto para la inflación del año próximo. La sorpresa va en función de la previsible solicitud de futuros incrementos de las tarifas eléctricas que las empresas requerirán a la Administración para garantizar el normal funcionamiento de su negocio. En esos medios ya se empieza a hablar de solicitudes de aumentos de las tarifas eléctricas superiores al 12%.
A la hora de hacer estos cálculos, las empresas eléctricas hacen mención al protocolo firmado por el entonces ministro de Industria y Energía, Carlos Solchaga, con el sector en mayo de 1983, donde se incluía una previsión de incremento de tarifas por encima del crecimiento de los' costes y de la inflación prevista.
En esta línea, el nombramiento de Carlos Solchaga como ministro de Economía y Hacienda ha sido recibido con una satisfacción inusitada en medios próximos a este sector industrial, donde se recuerda lo que sucedió el pasado año con los aumentos de tarifas eléctricas.
Según fuentes del sector, Sol- chaga defendió entonces unos incrementos para las tarifas muy superiores a los que entonces patrocinó, y fueron autorizados, por el titular de la cartera de Hacienda, Miguel Boyer. En este departamento se pensó que aumentos superiores a la inflación prevista tendrían efectos perniciosos dentro de la política económica global.
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