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Finales del torneo de tenis de Wimbledon

Curren-Becker, protagonistas de la sorpresa

Alex Martínez Roig

El alemán occidental Boris Becker jugará hoy contra el estadounidense Kevin Curren, octavo cabeza de serie, en una final del torneo de Wimbledon totalmente inesperada. Becker ganó ayer -su derecho a entrar hoy en la pista central a las 15.00 horas (TVE-2), al terminar su partido sus pendido por )a lluvia contra Anders Jarryd, venciendo en las dos últimas mangas y sumando un resultado global de 2-6, 7-6 (7-3),6-3 y 6-3, en dos horas y 47 minutos. Becker se convierte así en el finalista más joven de la historia de Wimbledon. Todo está en su contra. Los ocho anteriores finalistas que no eran cabezas de serie no ganaron ni un solo set. Becker es el tercer alemán finalista. Los anteriores, el barón Gottfried Von Cramm (1935, 36 y 37) y Wilhelm Bungert (1967), tampoco ganaron una sola manga en sus finales.

Becker y Curren tienen una sola, cosa en común: Sus vidas habían transcurrido con normalidad absoluta hasta hoy. Todo lo demás es distinto. Boris Becker, por ejemplo, tiene a sus 17 años un carisma que jamás tendrá el rectilíneo Curren. Hoy parece ideal para que Curren viva la- experiencia más excitante de su vida. El alemán Becker parece dispuesto a vivir la primera gran experiencia, pero no la última.Boris Becker nació el 22 de. noviembre de 1967, lo que le permite aspirar a convertirse este año (o el próximo) en el más joven ganador de la historia de Wimbledon, pues de momento lo es Wilfred Baddeley, vencedor en 1891 con dos años más que Becker. Es el perfecto prototipo de la joven generación alemana que desconoce los traumas de las II Guerra Mundial.Su padre, Karl Heiriz, es arquitecto, y uno de sus trabajos fue dirigir los pasos de Boris hacia la hierba de Winibledon: Karl Heinz diseñó el centro de tenis de Leimen, una pequeña localidad de 17.000 habitantes, cercana a Heidelberg, donde vive con su familia. Boris quería, hasta ese momento, ser Rummenigge, pero su padre había construido un puente de oro para él.

Un Jugador muy rápido

Boris es un niño con mucha fuerza. "Es más veloz que su sombra", escriben en Alemania. Es, desde luego, modesto, tímido y no sabe perder. "Su confianza raya en la arrogancia", consideran sus críticos más duros. Boris es un ganador nato, y así lo demostró este año en su debú en la Copa Davis frente a España, cuando tras ganar a Joan Aguilera y asegurar la eliminatoria en el dobles se enfadó terriblemente al perder frente a Sergio Casal. Este chico tiene unos beneficios calculados para este año de 500.000 libras esterlinas (114 millones de pesetas). El rumano Ion Tiriac, identificable por su inmenso bigote, decidió apostar por él en 1984, cuando en pleno hundimiento de su entonces protegido Guíllermo Vilas, su compatriota Gunter Bosch le aseguró que Becker era "un diamante en bruto". Tiriac compró el contrato que ligaba a Becker con la federación, y ahora es ésta la que deberá pagar para contar con él en la Copa Davis. Tiriac no es el único jefe, porque el argentino Guillermo Vilas es socio, al 50%, de las ganacias. Para Becker, que se pasea con una gorra negra de marino por los vestuarios, el dinero no importa: "Nunca llevo un dólar en el bolsillo. Si quiero una bebida o un helado, le pido el dinero a Gunter". Su padre dice que "mi hijo es normal", aunque no ha puesto un pie en casa más que ocho días desde las Navidades. Sólo ha jugado 26 torneos en el circuito profesional, y su único triunfo fue en el torneo de Queens, sobre hierba, hace tres semanas. Boris dijo ayer: "Estaré nervioso en la final, seguro, porque soy un ser humano como otro cualquiera". Más nervioso estará otro jugador arriesgado, que apostó 10.000 libras (2.280.000 de pesetas) por Becker, antes de que comenzase el torneo y cuando las apuestas estaban 12 a 1. Ese apostador ganaría hoy una cifra muy importante, 120.000 libras (27.360.000 pesetas), si Boris vence en esta apasionante final. Becker se quedaría con su premio de 130.000 libras (29.640.000 pesetas), que para bebibas y helados no está mal. Kevin Curren ha vivido más reposadamente. De hecho pocos saben lo que hizo en su infancia, aunque no es dificil imaginar a un escolar ejemplar que ocupaba sus horas de ocio en uno de los deportes favoritos de los surafricanos: el tenis. Kevin, que nació el 2 de marzo de 1958, cruzó el oceáno a los 17 años para estudiar Economía en la Univeridad de Texas. Nunca más se ha movido de Austin, ciudad donde dice haber instalado su hogar. Soltero, sin compromiso conocido, Curren se ha olvidado ya de Durban, la ciudad surafricana donde nació, y sólo pisa su antiguo país para los sáfaris fotográficos que tanto gmtan. Cuyen, solicitó la ciudadanía estadounidense hace dos, años y se la. concedieron en marzo, Justo a tiempo para que EE UU pueda sumar hoy otro título. Curren tuvo razones de fondo para tomar esta decisión: "El pasaporte estadounidense me permite viajar más libremente. Además, no apoyo la política del gobierno surafricano. No creo que sea un sistema acertado, pero no va a cambiar de la noche a la mañana porque yo me oponga. Me sentía una víctima inocente de las circunstancias".

Un caballero del tenis

Kevin, considerado un caballero del tenis, ha tenido dos serios problemas a causa de su antigua nacionalidad. En 1981, en su primera aparición en Wimbledon, un espectador le llamó "racista" repetidamente desde la tribuna. En 1982, en Anisterdam, le lanzaron sobre la cabeza un saco repleto de bolas negras. Hoy tendrá enfrente a Boris Becker, un jugador que recibe elogios hasta del propio John McEnroe, junto a Connors, derrotado por Curren. "Boris es muy peligroso, porque tiene ganas de romperlo todo", Comentó el número uno.

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Sobre la firma

Alex Martínez Roig
Es de Barcelona, donde comenzó en el periodismo en 'El Periódico' y en Radio Barcelona. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Deportes, creador de Tentaciones, subdirector de EPS y profesor de la Escuela. Ha dirigido los contenidos de Canal + y Movistar +. Es presidente no ejecutivo de Morena Films y asesora a Penguin Random House.

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