El ultraderechista francés Jean Marie Le Pen pierde su querella contra el diario 'Libération'

Los periodistas no son ni historiadores ni policías, y sería irrealista pedirles una perfecta objetividad. Lo que se les puede y se les debe exigir es "honestidad intelectual". De acuerdo con estos argumentos, la cámara correccional número 17 de París ha absuelto al diario Libération del delito de difamación contra Jean Marie Le Pen, dirigente del partido ultraderechista Frente Nacional. El diario parisiense publicó en varias ocasiones testimonios de argelinos que afirmaban haber sido torturados por el entonces teniente Le Pen en el invierno de 1957. Uno de los testimonios imputaba al político francés la muerte de un joven nacionalista.

La sentencia del presidente de la cámara correccional retiene varios argumentos de Libération. Primero, Le Pen no puede sentirse difamado porque se le acuse de haber torturado cuando justifica públicamente el empleo de dichos métodos en la lucha contra el terrorismo. Segundo, Jean Marie Le Pen se ha convertido en un hombre político de importancia nacional. "Es normal", dice el juez, "que la Prensa se interese por su vida pública, presente y pasada". El periódico estaba en su perfecto derecho de investigar de nuevo, sin animosidad ni intención de perjudicar, su comportamiento durante los meses de enero, febrero y marzo de 1957 en Argel.El tribunal examina el papel de los periodistas y señala que sería irrealista exigirles que hagan abstracción de sus opiniones, simpatías o antipatías; es decir, que sean "perfectamente objetivos". "Por el contrario", prosigue la sentencia, "el periodista debe ser honesto intelectualmente: sus sentimientos no deben alterar la pureza de sus intenciones ni la sinceridad de su trabajo".

El juez recuerda que una investigación periodística no es una investigación histórica, puesto que el redactor no tiene ni el tiempo ni la formación necesarios para ello. "El periodista no dispone tampoco de los medios de la policía", añade. "Su ambición no es llegar a la verdad, sea histórica o judicial. Su misión es informar; es decir, transmitir a sus lectores lo que ha visto y oído, y hacerlo honestamente, sin desnaturalizarlo ni falsificarlo".

Trabajo serio

El tribunal de París señala que la investigación realizada por los dos periodistas encausados "tiene lagunas", pero que su trabajo fue "incontestablemente serio". "Intentaron verificar, con muchas dificultades a causa del tiempo transcurrido, los testimonios que habían recibido". "De hecho", prosigue la sentencia, "seis de los presuntos testigos argelinos acudieron a París y confirmaron ante el juez sus declaraciones". La sentencia ha sido acogida con gran satisfacción en los medios periodísticos franceses, especialmente por cuanto establece el derecho de la Prensa a investigar el pasado y presente de los hombres públicos. "El tribunal", afirma Libération, "ha establecído prácticamente un código de conducta de los periodistas: su misión es informar y deben llevar a cabo su trabajo de buena fe, sin desnaturalizar ni falsificar lo que ven y oyen".El abogado de Jean Marie Le Pen ha anunciado, por su parte, que recurrirá la decisión del tribunal en una instancia superior. El dirigente ultraderechista ha recurrido también la sentencia que absolvió al semanario humorístico Le Canard Enchaîné del mismo delito de difamación.