Felipe González encarga a Francisco Fernández Ordóñez la reforma del servicio exterior español
El nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, emprenderá la aplazada reforma del servicio exterior español, según anunció él mismo, ayer tarde, al llegar a su nuevo departamento. El ministro cesante, Fernando Morán, anunció que Felipe González había en cargado esta tarea a su sucesor. Fernández Ordóñez no dio pistas sobre los cambios que piensa introducir en Exteriores, y se limitó a decir que quería contar "con todos" los funcionarios del ministerio.
Según dijo Fernández Ordóñez al entrar como ministro, por vez primera, en el palacio de Santa. Cruz, serán los diplomáticos los que "fundamentalmente" formarán su equipo.Fernández Ordóñez llegó ayer tarde, a las cuatro, al palacio de Santa Cruz. Venía, en su nuevo coche oficial, de despedirse de su equipo en el Banco Exterior, cuya presidencia ha desempeñado durante los últimos 31 meses. No estaba previsto que se encontrara con su antecesor, pero a última hora hubo cambio de planes. El cesado Morán llegó minutos después en su coche particular. Morán, Fernández Ordóñez y el todavía subsecretario, Gonzalo Puente, se reunieron en el despacho principal del palacio de Santa Cruz.
"Vamos a darnos un abrazo"
Morán estaba contando a su sucesor sus planes inmediatos -viajar a Asturias para ver a la familia-, cuando entraron los fotógrafos. Fue entonces cuando el ya ex mi nistro se puso de pie y le dijo a su sucesor: "Venga, vamos a darnos un abrazo ahora".Fernández Ordóñez se reunió luego con todos los directores ge nerales -con cierto retraso, por que todos ellos no habían llegado aún-, a los que reiteró lo mismo que había dicho a los periodistas a su entrada en el palacio de Santa Cruz: que pensaba contar "con todos".
Su primera tarea como ministro de Asuntos Exteriores consistió ayer tarde en terminar de organizar la segunda visita oficial de los Reyes a Francia, que comenzará el próximo lunes. Para ello, se reunió con el jefe de gabinete de Morán, José Luis Dicenta, y con el director general de Europa, Mariano Berdejo.
Al llegar ayer al ministerio, en las breves declaraciones que hizo, Fernández Ordóñez repitió lo mismo que Morán había expresado por la mañana: el presidente del Gobierno consideraba llegado el momento de entablar la reforma del servicio exterior, con vistas a la entrada en la CEE. Esta reforma ha sufrido diversos retrasos; entre otras razones, por la divergencia entre los distintos cuerpos de la Administración. Por la mañana, Morán tranquilizó ya a los diplomáticos, sugiriéndoles que ellos seguirían llevando el peso principal del servicio exterior.
En sus declaraciones, Fernández Ordóñez repitió varias veces que llegaba a Exteriores "para trabajar" como si fuera su "primer empleo" y realizar una labor "modesta, tenaz, realista y esperanzadora" y de "vitalización de esta casa". Ayer por la mañana, antes de llegar al ministerio, Fernández Ordóñez se había estrenado en la Moncloa como ministro de Asuntos Exteriores, al recibir, junto a Felipe González, a su homólogo hondureño, Edgardo Paz Barnica. Al marchar junto a los Reyes a París, Fernández Ordóñez no podrá participar el miércoles en el próximo Consejo de Ministros. De este modo, cuando menos tendrá que retrasar hasta el siguiente los nombramientos de las personas que formarán su equipo.
Además de introducir a su nuevo equipo, el nuevo ministro deberá cubrir una serie de vacantes que están a punto de producirse: el subsecretario, Gonzalo Puente, estaba ya previsto que se marchara de embajador al Vaticano; el jefe de gabinete, José Luis Dicenta, estaba a punto de ocupar la embajada en México, y el director general de África y Asia Continental, Manuel Sassot, iba a marcharse de cónsul general a Nueva York.
Se cree que todos ellos serán confirmados en estos nuevos puestos.
Por otro lado, al menos dos directores generales más -el de Europa, Mariano Berdejo, y el de Información Diplomática, Fernando Schwartz- habían pedido ser relevados hace meses para proseguir sus carreras como diplomáticos.
También sigue vacante, tras la jubilación de Jaime de Piniés, la representación ante la sede de Naciones Unidas en Nueva York. De la lista de posibles embajadores cesados hay dos que se dan como seguros, según fuentes de Exteriores: Gabriel Mañueco (Washington) y José Luis Xifra (Moscú).
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