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La Empresa Nacional de Residuos acumulará recursos por 200.000 millones hasta el año 2000

La Empresa Nacional de Residuos (Enresa), cuyo capital social se reduce a 100 millones de pesetas que se reparten entre la Junta de Energía Nuclear, con el 80%, y el Instituto Nacional de Industria (INI), con el resto, acumulará unos 200.000 millones, en pesetas constantes de 1984, hasta el año 2.000. En ese año Enresa construirá los almacenamientos de los residuos nucleares, objetivo social de la empresa.

La financiación para la nueva empresa, constituida en noviembre del pasado año aunque realmente ha empezado a funcionar a partir del mes de mayo de 1985, con el nombramiento como presidente de Juan Manuel Kindelán -antiguo director general de Minas-, se basa en el establecimiento de un canon sobre el kilowatio/hora de energía nuclaer producido.Dicho canon será de 1,4% y permitirá generar del orden de 10.000 a 12.000 millones de pesetas anuales. Estas cantidades variarán conforme entren en funcionamiento las diferentes centrales nucleares previstas en el Plan Energético Nacional (PEN).

Hasta el momento hay funcionando siete centrales nucleares -Zorita, Garoña, Vandellós 1, Almaraz 1 y II, Cofrentes y Ascó Iy de aquí a 1989 entrarán en funcionamiento las de Ascó II, Vandellós II y Trillo I. La acumulación de fondos por parte de Enresa se debe a que desde este año habrá ingresos por la vía del canon y los gastos, al menos el grueso de los mismos -se calcula que construir un almacenamiento para residuos de alta actividad puede costar unos 100.000 millones de pesetas y uno para residuos de baja actividad del orden de los 10.000 millones- no se producirán hasta el año 2.000.

En cualquier caso, son los Ministerios de Hacienda e Industria los que tienen la facultad de gestionar ese volumen importante de recursos financieros. Se trata de esta manera de evitar que Enresa se convierta en una institución financiera y, por otra parte, asegurar la permanencia y rentabilidad de esos fondos hasta que sean utilizados.

Según las previsiones del PEN, en un plazo aproximado de 30 años se habrán producido del orden de 5.000 toneladas de residuos radiactivos de alta actividad -cuya vida media está estipulada en miles de años- y unos 200.000 metros cúbicos de residuos de baja actividad, cuya media de vida es aproximadamente de 200 años. En este último tipo de residuos hay que contabilizar los que se producen en las tareas hospitalarias y en los procesos de investigación tanto científica como industrial.

Proyecto de ley

Dado que una de las decisiones más complejas que se le plantearán a Enresa en su labor de gestión de los residuos radioactivos es la de su emplazamiento, a nivel institucional se está intentando facilitar la tarea. En este sentido, el Ministerio de Industria, la Junta de Energía Nuclear y el Consejo de Seguridad Nuclear han concluido ya un borrador del proyecto de Ley de Emplazamientos para Almacenamientos Definitivos de Residuos Radioactivos.Destaca en este proyecto el establecimiento de una serie de ayudas para los ayuntamientos y comunidades autónomas que alberguen un almacenamiento de este tipo. Aunque este aspecto está todavía poco definido podría llegar a copiarse el modelo francés que a grandes rasgos supone ayudas &rectas equivalentes a unos 550 millones de pesetas y complementos anuales de hasta 50 millones.

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