Un 40% de los ascensores de Madrid son poco seguros, según un informe de CNT
Las condiciones de seguridad son mínimas en un 40%, aproximadamente, de los 63.000 ascensores de Madrid, según datos obtenidos por el sindicato Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Las autoridades regionales de Industria no confirman ni niegan la cifra, pero reconocen las dificultades existentes en la actualidad para realizar un control fiable del sector. El director general de Industria de la Comunidad de Madrid, José Luis Pancorbo, explica que "ciertas irregularidades son graves en sí, aunque, en general, el ascensor es un medio de transporte seguro que arroja un índice de accidentes muy inferior al de cualquier otro medio de transporte".
La crisis en el sector industrial de la construcción ha provocado una considerable baja de nuevas instalaciones de ascensores en Madrid, según fuentes oficiales del Gobierno regional. La cifra ha descendido a la mitad en los últimos años. En la actualidad se instalan unos 2.000 nuevos ascensores al año. En este: mercado se ha originado una lucha para aumentar, o no disminuir, la cartera de clientes. El sindicato Confederación Nacional del Trabajo (CNT) ha elaborado un informe en el que se señala dicha crisis como fondo de tina situación de fraude al consumidor, con riesgo para la seguridad de las personas, al constatar graves anomalías técnicas en gran número de ascensores.Este deterioro se produce, según fuentes de dicho sindicato, por un mal mantenimiento técnico de los aparatos más que por un desinterés de los propietarios de los mismos. Las anomalías técnicas se presentan principalmente en elevadores antiguos cuyo mantenimiento depende de pequeñas y medianas empresas, según datos obtenidos por CNT, que cifra en un 40% los aparatos en mal estado.
127, clausurados
La Dirección General de Industria de la Comunidad de Madrid carece de infraestructura para poder describir con dalos objetivos la situación, pero ha confirmado que, en lo que va del presente año, se han clausurado 127 ascensores mantenidos por 16 empresas diferentes. Sobre ninguno de estos casos se ha determinado todavía si procede abrir expedientes administrativos de sanción.Las empresas mantenedoras de ascensores se agrupan en tres asociaciones: Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas de Ascensores (APA), que tiene un paquete de clientes que oscila entre 100 y 1.000 aparatos, y la cartera media se halla entre 300 y 500 clientes; Asociación Empresarial de Ascensores de Madrid (AEAM), que integra a las grandes empresas, cada una de las cuales tiene más de 1.000 clientes, y la Asociación de Empresas Instaladoras y Conservadoras de Aparatos Elevadores (ADEICA), que engloba a pequeños empresarios con una cartera por debajo de los 100 ascensores. Existe otro grupo de pequeños empresarios que no están encuadrados en ninguna asociación empresarial.
Tres inspectores
La Dirección General de Industria de la Comunidad de Madrid sólo cuenta con tres inspectores propios para controlar este sector. Tal escasez de medios, pese al desarrollismo de la construcción -y el consiguiente incremento de ascensores- en la década de los sesenta llevó a la Administración, en 1973, a delegar su función inspectora en esta rama. La encargó a las empresas de mantenimiento, las cuales están teóricamente obligadas a remitir los informes correspondientes a las autoridades. José Luis Pancorbo, director general de Industria de la Comunidad de Madrid, sonríe al apuntarle que tal medida parece, cuando menos, absurda, y explica que "en aquel momento quizá no había otra solución mejor". En la actualidad, "se pretende reformar este capítulo del marco legal con un nuevo reglamento nacional, que está en vías de elaboración", agrega.En Madrid hay unos 63.000 ascensores, según fuentes oficiales. El mercado de mantenimiento de ascensores se rige por dos tipos de ofertas: contratos que sólo prevén el servicio técnico y otros que cargan a cuenta de la empresa mantenedora todos los gastos (incluido el material de reposición). Este segundo tipo o contrato especial es algo más caro, aunque no mucho. Aparentemente, resulta más ventajoso para el cliente. Sin embargo, según los datos advertidos por CNT, es el que se presta a mayores irregularidades que repercuten en la deficiente seguridad del ascensor.
Lo barato puede ser peligroso
"Las grandes empresas de mantenimiento de ascensores, que suelen coincidir con las empresas fabricantes, cobran el mantenimiento mucho más que las empresas pequeñas y medianas, por lo que hay un reparto del mercado", señalan en CNT. "El problema radica en que, en muchos casos, lo barato no sólo es caro, sino peligroso", añaden.CNT afirma que se han presentado denuncias a las autoridades de Industria sobre graves irregularidades en el mantenimiento de ascensores -ausencia de cuñas o del regulador de velocidad ("como ir a toda velocidad con un coche sin frenos", indica un técnico de CNT)-, sobre las que "no se ha tomado ninguna medida".
En algún caso, como en el de los ascensores precintados, "la decisión no pasa de impedir su funcionamiento, pero esto sólo perjudica a los usuarios y deja las manos libres a la empresa mantenedora, que es, en realidad, la que debería responder de esa situación".
En materia de responsabilidad sobre la seguridad de los ascensores y su control se da una doble paradoja, según CNT. Por un lado, se carga la responsabilidad en el propietario del ascensor (comunidad de vecinos, empresas o entidades), pero el propietario no tiene medios para saber si el ascensor se ajusta o no a las condiciones de seguridad exigidas por la ley. Y, por otro lado, ante la falta de inspectores propios de Industria, la Administración delega sus propias funciones de inspección en las empresas de mantenimiento que "son o pueden ser, a su vez, las causantes de la inseguridad", según el sindicato.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.