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Una playa es un trozo de mar sembrado de multitudes

Como inevitablemente sucede en verano, las playas solitarias acaban por abarrotarse de gente. Algo parecido ocurrió ayer en la bolsa, cuando los discretos compradores del jueves se vieron rodeados por una avalancha de seguidores. El índice general ganó 1,08 puntos, alejándose de la tenebrosa cota 105%, una cifra que recuerda aquellos filmes norteamericanos sobre la guerra de Corea por todas las batallas y escaramuzas que se han librado en torno suyo.Los valores eléctricos han acaparado buena parte de la responsabilidad de la mejoría bursátil. Un dato ya conocido -el gran atractivo que habían adquirido estos títulos a causa del descenso de sus precios- y un dato nuevo -el acuerdo final entre las compañías del sector para realizar los intercambios de activos- se juntaron ayer para situar al índice del corro por encima de la par, nivel que había perdido el martes pasado. Tampoco se puede despreciar ese dinero que, de forma precipitada, se ha volcado en estos títulos ante la inminencia del reparto de dividendos: eso producirá un inflexión a la baja a corto plazo aunque, si no hay novedades de signo contrario, la recuperación será un hecho.

La sesión de ayer se adivinaba incierta por coincidir con el final de semana y de mes, pero el hecho de que las instituciones hubieran decidido emprender el camino de las compras dos sesiones atrás hacía presagiar un reforzamiento del fondo del mercado con una tendencia más sólida. Y otra vez más la publicación de nuevas cifras económicas ha influido positivamente en la bolsa.

En la tarde del jueves se hizo público el índice de precios al consumo para el mes de mayo. Aunque a nivel oficioso ya se había adelantado que la inflación se situaría por debajo del 0,5%, muchos analistas no preveían un resultado tan positivo. La polémica desatada hace unos meses entre Estadística y Economía facilitaba esa falta de confianza.

Por otra parte, el panorama monetario parece cambiar en algunos aspectos. Bien es cierto que los analistas siguen insistiendo en que el precio del dinero puede remontar en julio. Pero también es verdad que el banco emisor lleva un par de días que no interviene con subastas de préstamos y que los pagarés del Tesoro a tres meses se han estabilizado al 14%.

Así las cosas, los volúmenes de contratación de la renta variable se han mantenido en unos niveles aceptables a lo largo de la semana, muy por encima de los 1.000 millones de pesetas efectivas diarias, mientras que el dinero dirigido hacía los pagarés a corto plazo ha venido descendiendo insistentemente. El viernes sólo se contrataron 224 millones de pesetas de títulos hasta 15 días y poco más de 1.000 millones hasta un mes. Da la impresión de que las rentabilidades bursátiles han alcanzado un umbral de competitividad respecto a los activos públicos.

Ahora ya se puede hablar de cierta recuperación del mercado. La tendencia bajista ha quedado congelada, y a partir de ahora es previsible el inicio de una fase discretamente alcista que, sin estar consolidada en estos momentos, podría llegar, salvo imprevistos, hasta el próximo otoño.

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