Detenido el atracador que asesinó al director de una sucursal bancaria de Valencia

José Sánchez Piquero, el atracador que el martes causó la muerte al director de una sucursal bancaria de Valencia, fue detenido a las siete de la tarde de ayer por la Policía Nacional en Algar del Palancia, a unos 25 kilómetros de Sagunto. En el momento de la detención se encontraba en una casa con tres mujeres. Al verse rodeado se entregó sin oponer resistencia. Las cuatro personas fueron conducidas a la Jefatura Superior de Policía de Valencia. Jesús Oteo Juliá, el otro atracador que participó con Sánchez Piquero en el asalto a una sucursal del Banco General, había sido detenido el mismo día con el botín del robo: 1.656.000 pesetas.

Enrique Víctor Aucejo, el director de la entidad atracada a quien dio muerte Sánchez Piquero, fue enterrado ayer. En cuanto a los dos empleados del bar Montecristo, Ángel Sánchez Mejías, de 46 años, y Antonio Suárez Cimadevilla, de 21 años e hijo del propietario del establecimiento, que resultaron heridos de bala, se encontraban ayer, en el Hospital Clínico de Valencia, fuera de peligro. En el caso del segundo, que tiene alojada una bala en el maxilar superior, se estaba estudiando mediante radiografías la forma de practicarle una intervención quirúrgica. Sánchez Mejías no precisó operación, puesto que la herida que sufrió en la pierna derecha presentaba orificio de entrada y salida.La Jefatura Superior de Policía de Valencia había informado horas antes de detener a Sánchez Piquero que había identificado al atracador que asesinó al director de la agencia y que estaba siendo buscado en Puerto de Sagunto, adonde había sido llevado finalmente por un taxi que tomó a punta de pistola en la calle de Alboraya, tras haber abandonado dos coches robados en su huida. También se le buscó en Zaragoza, su lugar de residencia, pues se estimaba que quizás se había desplazado hasta allí.

La policía sospechaba que Sánchez Piquero, de 28 años, natural de Salamanca, con antecedentes por delitos contra la propiedad, tal vez se había reunido en Sagunto con su hermano Antonio.

El secretario general de la Federación Provincial de Banca de Valencia, Vicente Rodrigo, manifestó que estaba previsto celebrar una reunión con representantes de CC OO y el Sindicato Independiente de Banca para organizar algún tipo de movilización. "Creemos", dijo, "que se podrán adoptar medidas suficientes para poder evitar los atracos en un 90%". Citó concretamente la posibilidad de instalar en las oficinas bancarias un sistema de doble puerta blindada con detector de metales, lo que impediría la entrada de personas con armas de fuego.

Extrañeza

"No nos explicamos", añadió, "cómo han podido ocurrir los hechos, pues no vemos claro que se pueda escapar una persona estando rodeada por la policía". Precisó, por otra parte, que los actuales sistemas de alarma son insuficientes y que "el dispositivo policial podría haber contribuido a que falleciera un empleado".Por su parte la Federación Provincial de Banca de UGT en Valencia ha anunciado que pedirá explicaciones al delegado del Gobierno, Eugenio Burriel, sobre el comportamiento de la policía durante el atraco a la sucursal del Banco General. Un portavoz oficial de la Delegación del Gobierno en Valencia señaló a este diario: "Desmentimos rotundamente que la policía hiciese disparos antes que el atracador del banco". El portavoz agregó que "un amplio muestreo" realizado entre los testigos presenciales apoya esta versión.

Los propietarios del bar St. John's, que se encuentra en la avenida de Menéndez Pelayo, frente a la sucursal bancaria, habían manifestado (véase EL PAÍS de ayer) que cuando los atracadores salían del banco encañonando con sus armas al director y a otra persona, los policías, que habían acudido al sonar la alarma, "dispararon unos cuantos tiros al aire y se ve que uno de los atracadores se puso nervioso, le disparó al director del banco y le saltó los sesos".

Los empleados de la agencia del Banco General, antes perteneciente a Rumasa y en la actualidad al grupo del Banco Español de Crédito, decidieron ayer parar durante todo el día en señal de luto y protesta, por lo que el establecimiento permaneció cerrado. Un grupo de algo más de un centenar de personas, entre empleados, familiares y amigos del director asesinado, asistieron al funeral que se celebró ayer y al sepelio en el cementerio de El Cabanyal.