El ingreso en la CEE favorecerá el comercio hispano-japonés

El ingreso de España en la CEE se valora en la capital japonesa como un hecho muy positivo para el estímulo de las relaciones bilaterales entre España y Japón. La próxima visita del presidente del Gobierno, Felipe González -para mediados de septiembre-, precedida de la que actualmente lleva a cabo el ministro de Industria, Carlos Solchaga, y la del presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, programada para finales de julio, muestran un cambio de tendencia en el interés de España hacia Japón, y por extensión hacia el área asiática, la de mayor crecimiento económico y muy marginada hasta ahora por políticos y empresarios españoles. Un corresponsal de EL PAÍS visitó recientemente Japón.

Todas estas visitas "son muy oportunas porque coinciden además con el ingreso de España en el Mercado Común y por el sentimiento que hay en Japón de que España está en un gran proceso de modernización", comentan en el Ministerio de Asuntos Exteriores en Tokio. Recuerdan que hasta hace un año y medio las re laciones hispano-japonesas esta ban prácticamente semiparalizadas, sin grandes actividades.Una serie de visitas japonesas a España, como la del ministro de Asuntos Exteriores, Shintaro Abe -en el verano de 1984-, la de una importante misión del Ministerio para el Comercio In ternacional y la Industria (MITI) -en noviembre de 1984- y, la de los príncipes herederos de Ja pón, el pasado mes de febrero son prueba del interés de Japón por España. Las empresas y la banca japo nesa hace ya muchos lustros que saben lo que representa la inver sión en España, con neto estírnu lo en los últimos años hasta al canzar el 15% del total de la in versión en Europa para las casi 50 empresas japonesas represen tadas en España. ¿Hasta qué punto la entrad de España en el Mercado Común puede estimular el interés de la inversión japonesa en España? Ante tal pregunta, las respuestas son muy cautas, tanto en círculos políticos como bancarios. "Las nuevas inversiones en Japón siempre se llevan con gran secre to para evitar movimientos de la competencia", comenta un ban quero español con largos años de experiencia en Tokio.

"Damos mucha importancia al hecho de que España ya sea miembro del Mercado Común", dice Gotaro Ogawa, director para Asuntos Económicos del Ministerio de Asuntos Exterio res. Recuerda que en el balance de la importante delegación del MITI que visitó España el pasa do otoño se destacan los aspec tos positivos de la presencia ni pona en España y se prevén bue nas perspectivas para el futuro. "La entrada en la CEE", añaden en Exteriores, "da un cambio de sentido en las relaciones con España".

Los japoneses se quejan, sin embargo, de que el mercado interno español -sobre todo en el sector del automóvil- continúe prácticamente vedado para los productos japoneses, excepto en los casos de inversión o coproducción directa. "Esperamos que con el ingreso en la CEE España liberalice más su coinercio".

Abrir ambos mercados

Una liberalización que también debería jugar en caso contrario, es decir, en materia de entrada de productos españoles en el mercado de consumo japonés. En este caso las experiencias son bastante pobres, a pesar del incremento de la presencia de empresas españolas -banca en particular- en territorio japonés.

El comercio se mueve alrededor de los 1.000 millones de dólares de intercambios, con unas exportaciones de España a Japón por valor de 419,5 millones de dólares e importaciones que ascendieron a 643,4 millones de dólares en 1984. Sin embargo, las exportaciones españolas son muy tradicionales, dependiendo en un tercio de la sola exportación de cefalópodos (pulpo y calamar), además de un notable incremento, en 1984, de productos siderúrgicos semiacabados.

"El mercado Japonés es muy difícil y hay que venir muy preparado, pero si se logra entrar en él es muy agradecido", comenta el embajador de España en Japón, Eduardo Ibáñez. Para el representante diplomático de Espaflá en Tokio, con cinco años en el puesto y en vías de cambio de destino, "ha sido evidente el cambio de rumbo en los últimos meses".

La visita del presidente coincidirá con una campaña de promoción de productos españoles en una de las principales cadenas de grandes almacenes, Seibu, que presentarán gran variedad de ellos, aunque es dudoso que la escasa presencia de tales productos en el mercado nipón pueda favorecerse de la campaña lanzada por el Gobierno de Nakasone de Compre 100 dólares anuales de productos importados, destinada a reducir el décifit crónico que europeos y norteamericanos tienen con Japón.

Una nueva etapa

"España todavía no ha hecho el esfuerzo necesario para penetrar en Japón", dice Yasuhiko Sasai, director adjunto de la división europea de Jetro, la organización japonesa que promociona las importaciones. Es evidente que el factor distancia, la barrera de la lengua y las barreras comerciales japonesas no facilitan tampoco las ventas de productos españoles en un mercado de consumo tres veces superior al español y con el doble de poder adquisitivo.

Japón está todavía por descubrir, de alguna manera, para los productos españoles, que no deberían llegar tarde en ese proceso de miniapertura y deseo de internacionalización japonesa. En ello el viaje del presidente debería ser sólo el comienzo de una etapa.