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El Chase Manhattan comprará mañana el 91%, del Banco de Finanzas

La firma del contrato de venta del Banco de Finanzas a Chase Manhattan Bank tendrá lugar mañana, martes, según han asegurado las partes contratantes. El contrato, que estaba listo para ser firmado el pasado viernes, contempla la compra inicial del 91% del capital social del Finanzas, estando prevista la inmediata realización de una oferta pública de adquisición de acciones (OPA) a los accionistas minoritarios (9%), de forma que el Chase se haga con el control absoluto del banco.

Chase Manhattan va a proceder a una operación acordeón, mediante la reducción del capital social del Finanzas a una peseta y la posterior ampliación de capital por importe de 3.500 millones de pesetas. Con esta firma se pone punto final a varios meses de negociaciones, que se iniciaron cuando el Banco de España presentó a los novios el pasado mes de enero.

El montante global de la operación asciende a 10.500 millones de pesetas, correspondiente a los riesgos contraídos por el banco en las empresas del grupo Fierro, cantidad que corresponde, groso modo, a un tercio de los activos totales de la institución bancaria y cuya liquidación el banco comprador, Chase Manhattan, presentó desde el principio como exigencia para llevar adelante la operación.

De aquella cantidad, 6.000 millones de pesetas corresponden a la aportación del Chase y es dinero que entra en el nuevo Finanzas bajo la doble variante de cancelación de créditos malos y aportación para la suscripción del nuevo capital social tras el correspondiente acordeón. Cerca de 2.000 millones -concretamente, 1.890- son créditos del grupo que no estaban tan malos y que se quedan en el Chase, y 2.500 millones de pesetas, para saneamiento de otros riesgos, que se cubren con la garantía hipotecaria de ciertos activos inmuebles del grupo. En total, los 10.400 millones de pesetas de riesgos del Finanzas contraídos con empresas del grupo.

Saneamiento de créditos

No se puede decir, por tanto, que el Chase pague 6.000 millones de pesetas por la operación, puesto que ese dinero va a parar a saneamiento del créditos malos del grupo Fierro y a la ampliación de capital comentada, no existiendo, por tanto, cantidad alguna que se embolsen los propietarios. La operación hipotecaria por importe de 2.500 millones de pesetas se estructurará en torno al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que avalará la concesión de un crédito al grupo por parte del propio Chase, contragarantizándose a su vez con unos solares del grupo vendedor, situados en el polígono industrial de Alcalá de Henares (Cointra) y en Getafe, que habían sido previamente valorados por la firma especializada Richard Ellis en la citada cantidad de 2.500 millones de pesetas. El aval del FGD no supone, pues, riesgo patrimonial para el Estado.Estos 2.500 millones de pesetas, con los que el grupo Fierro tendrá que limpiar adicionalmente el activo del Finanzas de riesgos del grupo, van a ser de alguna manera el combustible con el que se va a mover el grupo industrial hasta que consiga enchufar la manguera del dinero en otras fuentes bancarias. Es el gran choque de un grupo de empresas que de pronto tendrá que salir a financiarse al mercado, tras décadas de hacerlo en casa.

En una primera fase, el grupo Fierro no gana nada, puesto que aligerar la nave de un peso que ya no era soportable supone perder el capital invertido. Las ganancias del grupo Fierro vendrán en su día, cuando consiga cobrar la deuda que Libia mantiene con Constructora Internacional, uno de los riesgos del Finanzas a sanear, que en estos momentos pueden elevarse ya a 15 millones de dólares.

El Banco de España consigue una preocupación menos. En octubre pasado, los inspectores del banco emisor terminaron una inspección a fondo del banco, al que encontraron sin males mayores, excepción hecha del tema Constructora Internacional, donde el Finanzas mantenía un riesgo por aquel entonces de 3.400 millones de pesetas, de los cuales, cerca de 2.000 estaban avalados. A partir de entonces, el banco emisor comenzó a presionar para la cobertura de cerca de 1.500 millones que estaban al descubierto en la constructora. Las autoridades monetarias eran partidarias de que el grupo procediera a efectuar una ampliación de capital en el banco, pero el grupo prefería inyectarlo directamente en la propia Constructora Internacional, para obviar el tema de los coeficientes bancarios. En éstas estaban, cuando apareció el Chase Manhattan, de la mano del Banco de España.

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