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Los países industriales rechazan la reforma del sistema monetario

Los ministros de Finanzas y gobernadores centrales de los países más industrializados del mundo occidental han rechazado cualquier eventualidad para modificar a fondo el actual sistema monetario mundial. En un informe de 60 páginas, hecho público en Tokio al término de una reunión del denominado grupo de los diez, los países industrializados señalan que, si bien el actual sistema de paridades flotantes presenta "debilidades estructurales", no es éste el mejor momento para modificarlo a fondo.Por el contrario, la propuesta del informe es que las naciones industrializadas, juntamente con las de desarrollo, abran negociaciones orientadas exclusivamente a introducir cambios que mejoren el actual sistema, que, en todo caso, debe seguir basado en paridades flotantes y no fijas.

La decisión de las naciones industrializadas es un rechazo frontal de las propuestas del presidente francés, François Mitterrand, que, en el curso de varias reuniones en la cumbre de las siete naciones más industrializadas y en las del Fondo Monetario Internacional (FMI), ha abogado por la vuelta a las paridades fijas y al patrón oro. Según el informe, el actual sistema funciona aceptablemente, aunque sería necesaria una mayor vigilancia del sistema de paridades por parte del Fondo Monetario Internacional. Asimismo, el FMI debe reforzar también su papel como vigilante de las políticas económicas de las naciones miembros, de forma que exista una coherencia y una disciplina en las mismas.

Las naciones asistentes al encuentro son 11, pese a que al foro se le conoce habitualmente como el grupo de los diez. Suiza, país no miembro, se unió al mismo el pasado año. El resto son Estados Unidos, Japón, Bélgica, Reino Unido, Canadá, Francia, República Federal de Alemania, Suecia, Holanda e Italia.

Impacto comercial

El informe del grupo de los diez ha sido preparado bajo la supervisión del director general del Banco Central Italiano, Lamberto Dini, que señaló en su presentación que la clave del mismo estaba en la conclusión de que ningún sistema monetario puede garantizar la estabilidad en los cambios a menos que todas las naciones mantengan políticas económicas ajustadas y estables.En este sentido, el informe reconoce que el actual sistema de cambios flotantes puede presentar "debilidades estructurales", pero, en cualquier caso, es el mejor de los posibles. Reconoce también que el actual sistema provoca trastornos en los flujos comerciales y en la inversión.

El informe era esperado con ansiedad en determinados foros como el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) y en el grupo de los setenta y siete, ya que algunas naciones habían condicionado una nueva ronda negociadora de reducción de barreras arancelarias al estudio de la reforma del sistema monetario mundial.

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