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González tratará en Holanda la ratificación del ingreso en la CEE

FÉLIX BAYÓN, El presidente del Gobierno español, Felipe González, emprende hoy su primera visita oficial a Holanda. En este viaje, tendrán un papel destacado los problemas que la ratificación del ingreso de España en la CEE puede encontrar en el Parlamento de ese país. En La Haya, el jefe del Gobierno español se entrevistará con su homólogo Rudolp Lubbers y asistirá a la cena que le ofrecerá la reina Beatriz. La seguridad y la defensa centrarán, asimismo, buena parte de las conversaciones.

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La visita más breve

De todos los Parlamentos europeos será el holandés el que presente más dificultades para la ratificación. La inexistencia de procedimientos de urgencia en las dos Cámaras de La Haya y la existencia en éstas de poderosos lobbies proisraelíes son las causas del sus pense que el Parlamento holandés imprimirá a la ratificación española. Fuentes diplomáticas holandesas estiman que, en cualquier caso, el interés del Gobierno de este país por el ingreso español terminará imponiéndose a todas las dificultades.El procedimiento que el Parlamento holandés deberá seguir para ratificar el ingreso español tiene cuatro etapas. Primero, el Consejo de Ministros preparará la ley, que contendrá una explicación de los beneficios que el ingreso español brindará a Holanda y a la Comunidad. Posteriormente, la ley pasará al Consejo de Estado, que emitirá su acuerdo o desacuerdo en virtud de razonamientos técnico jurídicos. De ahí, el proyecto de ley pasará a la Cámara baja. Normalmente, los diputados de ésta formularán preguntas, que el Gobierno deberá contestar una por una y por escrito. Por último, será la Cámara alta la que dirá la última palabra, aceptando el proyecto completo o rechazándolo.

Relaciones con Israel

La etapa más problemática de la ratificación holandesa es la tercera: el paso por la Cámara baja. La opinión pública holandesa es muy sensible a las cuestiones israelíes, y la inexistencia de relaciones diplomáticas entre España e Israel dará lugar, previsiblemente, a más de una interpelación. De hecho, en los últimos meses, parlamentarios de ambas Cámaras han planteado ya interrogantes sobre la cuestión hispano-¡sraelí. La última, el pasado 10 de abril, fue hecha por la Cámara alta, y, significativamente, procedía de un senador del Partido Liberal que pertenece a la coalición que gobierna en los Países Bajos.

La contestación del Gobierno holandés a esta interpelación se produjo el pasado mes de mayo. A la pregunta de cómo España podría pertenecer a la CEE sin mantener relaciones diplomáticas con un país -Israel- que tiene firmados compromisos con la Comunidad, el Ejecutivo de los Países Bajos contestó exponiendo la postura del Gobierno español, cuyo presidente, Felipe González, se comprometió a proceder al intercambio de embajadores antes de que finalice la actual, legislatura.

A pesar de todo, es difícil que la actividad de los lobbies proisraelíes de Holanda logre paralizar o retardar -más allá de la fecha prevista para el ingre de 1986- la ratificación de la entrada de España en la CEE, según estiman fuentes diplomáticas de ese país.

En el peor de los casos, los lobbies podrían llegar a impulsar una moción que supeditara el ingreso de España al intercambio de embajadores entre Madrid y, Tel Aviv, según opinan estas fuentes Pero incluso si esta moción fuese aceptada por la mayoría del- Parlamento, el Gobierno holandés no tendría por qué sentirse obligado por ella, ya que el asunto de las relaciones hispano-israelíes no forma parte del contenido del tratado de adhesión. De todos modos, la hipotética moción -y su rechazo por el Gobierno holandés- no dejaría de surtir efectos negativos de desgaste sobre la política doméstica de los Países Bajos.

Además de las relaciones hispano-israelíes, otras cuestiones pueden dar lugar a interpelaciones en el Parlamento holandés, generando el peligro de retrasar la ratificación: la situación de los emigrantes españoles en Holanda durante el período tra nsitorio, el tratamiento que el tratado de adhesión da a los productos agrícolas nórdicos, la permanencia de España en la OTAN y los propósitos del Gobierno español respecto al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP).

Holanda -país muy sensible a los temas nucleares- ha mostrado repetidas veces su inquietud por el hecho de que. España no sea firmante de este tratado. Ya el año pasado, cuando se negoció la permanencia de España al Euratom -una de las tres comunidades europeas-, el Gobierno de La Haya presionó para que España suscribiera el TNP.

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