LA VERA, EL RETIRO DE CARLOS V

Los escolares conocen la comarca de la Vera porque fue, de todas las inmensas posesiones que gobernó el emperador Carlos V, la elegida para morir. En uno de sus rincones más austeros se encuentra el monasterio de Yuste, un recinto sobrio donde la vista abraza "el sitio, no sólo de los más fértiles, amenos y abundantes que haya en España, sino también en toda Europa y Asia", a decir del cronista real Rodrigo Méndez de Silva. Otro exaltado relator, Gabriel Azedo de la Barrueza, obligado quizá a magnificar el retiro del soberano más poderoso de su época, sitúa en la Vera "los celebrados Campos Elíseos, lugar de bienaventurada habitación de los dioses y descanso de varones justos".Los visitantes modernos son más modestos en su apreciación, aunque estiman que aquí se cultivan las mejores clases de pimentón y tabaco de España. Eso se consigue gracias a que el macizo de Gredos se alza por el norte, cómo contrapunto de la fértil vega que riegan el Tiétar y sus afluentes por el sur.

Madrigal de la Vera, justo en el confín de Toledo, abre las puertas de la comarca desde su extremo oriental. Villanueva, Valverde, Talaveruela, Viandar, Roblerillo, Losar, Jarandilla, Aldeanueva, Cuacos, Collado, Jaraiz, Garganta de la Olla, Torremenga, Pasaron, Arroyomolino, conforman el encadenado de la Vera hasta Tejadar del Tiétar, que completa por el oeste.