Más de 700 internos en un centro pensado para 250
La cárcel de Málaga, con una capacidad máxima para 250 reclusos, alberga en la actualidad a más de 700 internos. El hacinamiento y la conflictividad son sus dos características más notables desde hace muchos años, aunque agravadas en los últimos meses. Concebida como un penal desde 1933, está situado en pleno casco urbano, rodeada de edificios, por lo que el lanzamiento de todo tipo de objetos y productos, especialmente drogas, es habitual.Según declaró ayer el secretario provincial de USO, sindicato con una representación considerable entre los funcionarios, el pasado miércoles se requisó un cóctel molotov durante un cacheo en varias brigadas. Comisiones Obreras de prisiones culpó ayer a la administración penitenciaria del motín en esta cárcel a consecuencia del cual falleció un policía nacional, por no haber aplicado medidas de seguridad para internos y funcionarios.
Los primeros conflictos en la prisión provincial de, Málaga se registraron en 1976, con varios incendios intencionados, un motín y un recluso ahorcado. Al año siguiente, también hubo incidentes importantes: motín e incendio de una parte de la prisión en enero; intento de secuestro del director y dos funcionarios heridos en julio, y nuevo motín e incendio del departamento de menores en agosto.
Entre 1980 y 1983, se produjeron, entre otros hechos, un atentado contra el jefe de servicios, varios incendios intencionados en celdas, un motín, tres reclusos muertos -uno de ellos con 36 puñaladas- y la fuga de dos internos por la terraza.
Los dos hechos más recientes y graves de los ocurridos en la cárcel malagueña son el asalto a un funcionario por dos presos encapuchados y la muerte, hace sólo dos semanas, de José Antonio Navarrete Fernández, de 22 años, a consecuencia de las quemaduras sufridas en un incendio en la celda que compartía con otro interno, cuyas causas no se han aclarado.
La grave conflictividad y masificación del centro se han denunciado en repetidas ocasiones a lo largo de los últimos ocho años. La respuesta de las autoridades penitenciarias ha sido siempre que se va a construir un nuevo centro. El actual ministro de Justicia declaró a finales de 1984 que las obras de la nueva prisión comenzarían en enero, sin embargo, aún no se ha colocado la primera piedra.
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