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El Grupo Popular se quedó solo al intentar que el Parlamento condenase el régimen sandinista

Anabel Díez

La convalidación en el Congreso de los Diputados de un acuerdo de cooperación entre España y Nicaragua, suscrito por los Gobiernos de ambos países en 1984, dio pie ayer a un vivo enfrentamiento entre los grupos Socialista y Popular, al que se sumó el comunista Gregorio "pez Raimundo. Los conservadores chocaron con el voto negativo de los demás grupos a su intención de devolver el acuerdo al Gobierno, basada, Inicialmente, en argumentos formales que se tornaron paulatinamente en juicios descaliricadores sobre el régimen de Managua. El debate lo cerró, desde su escaño, el socialista Miguel Angel Martínez con un sonoro "no pasarán", en alusión a una eventual invasión por EE UU.

En agosto del pasado año, España y Nicaragua firmaron un acuerdo de cooperación integral para promover actividades en las áreas cultural, educativa, técnica y sanitaria, acuerdo que fue ayer convalidado por el Congreso.El diputado conservador Emilio Durán Corsanego comenzó justificando la actitud de su grupo en razones formales, dado el tiempo transcurrido desde que se firmó, para entrar después en aspectos ideológicos sobre el carácter del régimen nicaragüense. Se ayudó Durán Corsanego para tildar al régimen de Managua de dictatorial y marxista de las últimas declaraciones del presidente del Gobierno, Felipe González. "En la actualidad, Nicaragua constituye una amenaza para toda la zona centroamericana", dijo Durán. Este diputado realizó una distinción entre Nicaragua y Chile, afirmando que en el país que preside Pinochet existe más libertad, y como prueba aportó las manifestaciones que allí se realizan.

"Usted debe de tener poca experiencia en protestar contra las dictaduras, porque en ellas jamás se permiten las protestas. Éstas, cuando se dan, es en contra de la voluntad de las dictaduras", le aclaró el portavoz socialista Félix Pons Grau. Este diputado se extendió en explicar el carácter de cooperación de este acuerdo en aras a contribuir al progreso económico y social de Nicaragua. Pons resaltó la política europeísta del Gobierno y de su grupo, pero recordó que la acción exterior socialista tiene un interés prioritario en Latinoamérica y, sobre todo, un inequívoco alineamiento en la defensa de la paz.

El diputado popular Emilio Durán volvió a pedir la palabra, y en esta segunda ocasión para tachar sin ambages al régimen de Nicaragua de dictadura. "Si Nicaragua ha llevado hasta ahora un proceso democrático, que venga Dios y lo vea", exclamó Durán. Pons, entre los aplausos de su grupo, le respondió que nunca como en la actualidad había existido en Nicaragua mayor independencia nacional y libertad. Todos los grupos parlamentarios quisieron fijar posiciones y justificar por qué no apoyaban al Grupo Popular en su intención de rechazar el acuerdo.

Triste y lamentable

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El diputado comunista Gregorio López Raimundo ftie el más contundente, y le pareció "triste y lamentable" que algún grupo se opusiera a este acuerdo. Recordó López Raimundo la reciente ayuda. norteamericana de 38 millones de dólares -cerca de 7.000 millones de pesetas- concedida a los contras. "El pueblo español y esta Cámara debería vibrar y mostrar su solidaridad con un pueblo pequeño, heroico, que resiste la agresión de un coloso", dijo emocionado López Raimundo, que recibió un prolongado aplauso de los diputados locialistas, mientras que desde los bancos populares una voz gritaba: "Afganistán".

Con menores interrupciones intervinieron los diputados de Minoría Catalana, Joaquim Molins, y Andoni Monforte, del PNV. Molins explicó el voto favorable de su grupo a la ayuda a Nicaragua por razones humanitarias, humanitarismo que precisó no debía entenderse a la manera de los norteamericanos respecto a los contras.

Andoni Monforte afirmó que el voto de su grupo sería también favorable, pero mostró su preocupación por la falta de democracia que aprecia en ese país. Una vez concluida la votación, el diputado socialista Miguel Ángel Martínez gritó por dos veces "no pasarán" entre las risas generalizadas, en alusión a una posible intervención militar de EE UU en Nicaragua.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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