Los alcoholes baratos pagarán más impuestos que los caros
Una bebida alcohólica que cueste al detalle 150 pesetas pagará desde el próximo año otras 159 pesetas de impuestos, mientras que la carga fiscal de la que valga 500 pesetas será de 201 pesetas. El consumidor de la primera pagará a Hacienda el 51,5%, y el de la segunda, el 28,7%, pese a que el impuesto sobre el valor añadido (IVA) supondrá en ambos casos un 12%. Además de introducir estos ajustes en favor de los licores caros mediante los impuestos especiales que aprobó el Gobierno el pasado miércoles, el fisco espera elevar sus ingresos un 56% por la cerveza y un 18,5% por los tabacos. Pero en este último caso el impacto también será desigual: la carga fiscal de los cigarrillos rubios subirá el 1,3%, y la de los negros, el 35,8%.
En conjunto, la recaudación que espera Hacienda en 1986 por los productos que pagarán impuestos especiales asciende a 845.750 millones de pesetas, según el cuadro adjunto. Sin embargo, las estimaciones han sido realizadas en pesetas de 1986 y sobre la base de que la inflación aumente un 7%. Así, en pesetas de cada año la recaudación total aumentará aproximadamente el 7,03%, no el 0,3% que aparece en el cuadro.Por la misma razón, los impuestos obtenidos por la cerveza aumentarán el 56%, los del tabaco un 19%, los de hidrocarburos el 3,5% y los de alcohol el 5,1%. Si se cumplen estas estimaciones oficiales, la carga global no se modificará, pero su reparto por productos significará la baja en algunos y el alza en otros. Todo ello bajo la perspectiva de que, en los productos afectados por tributos especiales, los diversos impuestos que pagan ahora (cinco el alcohol, tres la cerveza, y uno con diversos tipos el tabaco y los hidrocarburos) serán sustituidos por dos: el especial nuevo y el IVA. No obstante, subsistirán parte de las rentas del monopolio estatal en hidrocarburos y tabacos.
El impuesto sobre el alcohol y bebidas derivadas, primero de los incluidos en el nuevo proyecto de ley de impuestos especiales, será único: 421 pesetas por litro de alcohol absoluto. Pese a que todas las bebidas derivadas del alcohol pagarán por igual un 12% de IVA, la carga por los dos nuevos tributos ascenderá al 5 1,5% en las bebidas que cuesten antes de impuestos 150 pesetas y al 28,7% en las que valgan 500. La botella de 150 pesetas se pondrá en 309, la de 300 en 477 y la de 500 en 701.
Regresividad
En los documentos explicativos utilizados por el Gobierno al aprobar el proyecto aparece la siguiente referencia: "Esto, que aparentemente sería difícil de defender por su regresividad, es perfectamente explicable si hacemos notar el cambio de filosofía implícito, a saber: que deja de penalizarse el lujo y pasa a gravarse el consumo de alcohol". Las bebidas caras aliviarán su fiscalidad -principalmente, los vinos especiales-, mientras las baratas la mantendrán o aumentarán ligeramente, sobre todo las elab oradas con alcoholes vínicos. Habrá una excepción: los aguardientes de uva, de consumo extendido entre la población con baja renta, se beneficiará en Galicia de una moratoria hasta 1989.El impuesto especial sobre la cerveza significará una subida de 3,50 pesetas por litro para el tipo que representa en España casi el 97% del consumo (la de 11 a 13,5 grados). Con el 12% de IVA, su carga fiscal se pondrá en 11,72 pesetas el litro. La recaudación de Hacienda entre los dos nuevos tributos aumentará el 56%.
El impuesto sobre las labores del tabaco, unido al IVA, incrementará la carga del negro un 35,8%; pasará así de 12,78 a 18,57 pesetas, y habrá subidas similares al empezar los tres años siguientes. El aumento de carga será del 1,3% para el rubio: de 54,16 a 58,68 pesetas.
Por último, el nuevo impuesto especial sobre los hidrocarburos se traducirá en aumentos de precios para los fueloleos y descensos en las gasolinas, al tiempo que quedarán sólo gravados por el IVA los crudos, hidrocarburos gaseosos que no sean propano o butano, querosenos de aviación, alcoholes metílicos y propílicos, vaselinas, parafinas, asfaltos y otros muchos.
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