La consulta sobre la OTAN pone a prueba la credibilidad política según las Mesas por el Referéndum

A lo largo de más de nueve horas se sucedieron ayer en Madrid las actuaciones musicales y las intervenciones políticas en la fiesta organizada por las Mesas por el Referéndum sobre la OTAN, a pesar de la amenaza de lluvia al principio, y la lluvia torrencial, más tarde. Los responsables de las mesas distribuyeron entre los asistentes una declaración en la que se afirma que "la cuestión del referéndum se ha convertido en una verdadera piedra de toque sobre la credibilidad de la política española. Porque si no se celebrara, o si no se acatara su resultado, se vulneraría el principio de la soberanía popular, y sin ésta, otras cuestiones podría intentarse resolverlas también al margen de la voluntad expresada por el pueblo".

La necesidad de una pregunta clara en el referéndum, la obligación del Gobierno de aceptar los resultados que salgan de las urnas y el recuerdo de las promesas electorales del PSOE, fueron las constantes referencias de los distintos oradores en sus intervenciones.Patxi Andión, Julia León, Menese, Luis Pastor, Loquillo, Javier Krahe, Juan Carlos Senante, el grupo Stukas, entre otros, alternaron sus actuaciones con la intervención de los distintos portavoces de los partidos políticos, sindicatos y grupos que forman parte de las Mesas por el Referéndum.

Ramón Tamames anunció que las Mesas seguirán luchando para que se haga el referéndum, para que la pregunta sea, clara y para que el Gobierno cumpla el resultado de la consulta. Especialmente aplaudida fue la intervención de José Luis Balbín, quien afirmó que no solía tomar posturas públicas en los temas políticos, pero que hacía aquí una excepción, como la había, hecho antes con la pena de muerte. A continuación, pidió que los políticos cumplan lo que prometen, que dejen de decirnos que sólo ellos están "en el secreto de los dioses".

Finalmente, pidió que se sanee la política y que se diga a los "señores paternalistas" que nosotros también queremos saber. Antes, otro periodista, Pablo Sebastián, director de Interviu, se había solidarizado con el sentido de la fiesta y había denunciado el insólito hecho de que el Gobierno diga que puede ignorar los resultados del referéndum.

Francesc Vicens, parlamentario de Esquerra Republicana, habló en calidad de ser el único que se había entrevistado con Felipe González en la ronda de conversaciones sobre la OTAN y afirmó que si en aquel momento había declarado a la salida que no estaba convencido de que el presidente del Gobierno fuese a convocar el referéndum, ahora está convencido de que no lo va a convocar, ya que, desde un punto de vista técnico, sólo podría ser el 2 o el 9 de marzo, y en esas condiciones siguen sin querer comprometerse.

Gregorio López Raimundo, en nombre del PSUC, denunció algo que acaba de suceder en el Congreso y que no ha sido recogido en la Prensa. La semana pasada, se discutió una propuesta del PCE para que se fije la fecha del referéndum. La propuesta ha sido rechazada. En la respuesta los socialistas afirmaron que la fecha corresponde al Gobierno, que habrá otras preguntas a parte de las de OTAN sí, OTAN no, referidas a la defensa y a la seguridad y el Grupo Socialista no considera que la respuesta sea vinculante.

Por las centrales sindicales hablaron Marcelino Camacho, por CC OO, Juan Ramón Rivero, por USO y José March de la CNT. Todos ellos insistieron en que también se defienden los derechos de los trabajadores oponiéndose a la OTAN.

Enrique Curiel, en nombre del PCE, afirmó que el Gobierno pretende desvirtuar el referéndum, que la pregunta debería ser clara y que su partido rechaza todo intento para vincularla al decálogo de defensa expuesto por Felipe González.