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Ecos de la tragedia del estadio Heysel de Bruselas

Miles de personas esperaban en Turín y Roma el regreso de los aficionados

Los aficionados del Juventus llegados ayer de Bruselas repetían desencajados, en aeropuertos y estaciones, a veces gritando, a veces llorando como desesperados, las mismas palabras: "Una vergüenza. Aquello era un campo de concentración. Había seis policías en 200 metros. Dejaron que murieran los italianos antes de intervenir. No funcionó ni la fuerza del orden ni la asistencia médica". Miles de personas esperaban ansiosas en los aeropuertos de Roma y de Turín y en las estaciones del ferrocarril a los que iban llegando con la esperanza de poder abrazar a los suyos vivos.De un avión se vio salir al equipo del Juventus con la gran copa en las manos, pero sin un gesto de alegría. Los jugadores repitieron que los habían forzado a jugar y que habían saltado al campo con terror. "Teníamos la impresión de ir a jugar un partido de guerra y no de fútbol", comentó Platini, aunque todos admitieron que, dadas las circunstancias, quizá fue la única posibilidad para poder calmar a aquella jauría.

El club turinés ha acordado donar 100.000 dólares (más de 17 millones de pesetas a los familiares de las víctimas, mientras que los jugadores van a entregarles justamente la mitad, según informa Reuter. Los cadáveres de los 32 seguidores del equipo turinés fallecidos serán trasladados a Italia a bordo de camiones del Ejército belga. El Ministerio italiano de Defensa, en tanto se ultimaban los preparativos para ello, puso ayer dos aviones de su Ejército del Aire a disposición de los familiares de los muertos y los heridos que quisieran desplazarse a Bruselas, señala Efe.

Ayer se conoció que el jefe del Gobierno italiano, Bettino Craxi, de visita oficial en Moscú, intentó a su regreso, que coincidía con el encuentro, su suspensión, tras conocer la barbarie previa. En cualquier caso, expresó su horror y angustia por una "tragedia absurda". También ayer tarde se reunió el Parlamento para que el Gobierno pudiese responder a los numerosos interrogantes presentados por los diversos partidos políticos y para saber qué medidas se van a adoptar, sobre todo con los familiares de las víctimas. Parlamento y Senado colocaron ayer la bandera a media asta en señal de luto y la Magistratura italiana ha abierto una investigación judicial sobre los hechos de Bruselas.

Interrogado en la televisión uno de los mejores psicólogos italianos, Leonardo Ancona, del gran hospital Il Gemelli, de Roma, donde fue operado el papa Juan Pablo II tras su atentado, comentó que la tragedia de Bruselas "refleja la, situación de presión en que vive hoy nuestra sociedad". Dijo que no se trataba de algo "lógico", sino que pertenece más bien a los substratos más profundos de la "irracionalidad" del hombre. Se trató de "un miedo cargado de agresión". Una cosa semejante, dijo, no hubiese podido acaecer, por ejemplo, en Nápoles. Se refería a la reacción que se desencadena en el temperamento supercontrolado de los ingleses cuando bajo el alcohol pierden todos los mecanismos inhibitorios.

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