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Tragedia en la final de la Copa de Europa en Bruselas

Thatcher calificó de horror universal los incidentes

Horror y vergüenza son las dos palabras que resumían anoche la reacción británica ante los incidentes registrados momentos antes de iniciarse la final de la trigésima Copa de Europa en Bruselas, entre el Liverpool y el Juventus de Turín. la primera ministra británica, Margaret Thatcher, a través de un portavoz de su residencia oficial del número 10 de Downing Street, manifestó que, después de seguir las imágenes transmitidas por la televisión, "compartía el horror universal que tales escenas habían producido".

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"Los responsables de los incidentes constituyen una vergüenza y una desgracia para su país, así como para el deporte del fútbol", añadía el comunicado de la jefa del Gobierno, tremendamente sensibilizada al tema de la violencia en los campos de fútbol, hasta el punto de que hace muy pocas semanas había nombrado una comisión ministerial, calificada como gabinete de guerra, para hacer frente a esa violencia. Fuentes cercanas a la primera ministra, han manifestado a EL PAIS que la señora Thatcher va a tomar todavía unas medidas más enérgicas para combatir la violencia en los campos de fútbol como consecuencia de los incidentes de Bruselas. Hay que tener en cuenta, para medir el rasero de la indignación oficial de la primera ministra, el hecho de que el partido de Bruselas se estaba trasmitiendo en directo para 77 países.La condena de la primera ministra fue seguida inmediatamente por la repulsa total de los dirigentes del resto de los partidos parlamentarios. Roy Hattersley, vicelíder del laborismo británico en la Cámara de los Comunes, manifestó que "no existe ninguna excusa para estos actos de vandalismo" y pidió "las medidas más severas para castigar a los matones que quieren imponer su ley en los campos de fútbol". Un diputado laborista, Tony Banks, pidió que se prohíba a los equipos ingleses jugar fuera de la Gran Bretaña y que, asimismo, la selección inglesa se retire de la Copa del Mundo de fútbol que se jugará en México en 1986. Por su parte, el líder del partido socialdemócrata, doctor David Owen, manifestó que los incidentes de Bruselas constituían "un golpe devastador para la futura participación de los equipos británicos en las competiciones europeas".

Violencia endémica

Las autoridades británicas temíaq que se produjeran incidentes en Bruselas. Según declaró anoche el ministro de Dep ortes, Neil McFaríane, ante las cámaras de la BBC 1, hace tres semanas había escrito a las autoridades belgas y lo había reiterado el pasado fin de semana por télex, para que se extremaran las medidas de vigilancia y se pusieran en vigor las normas aprobadas por los ministros de Deportes europeos en una conferencia celebrada en 1983. Según McFarlane, en Bruselas se habían vendido entradas a última hora sin tener en cuenta las recomendaciones de los ministros, según las cuales los aficionados de cada equipo debían estar "totalmente segregados". "Aunque los incidentes nos producen un verdadero sentimiento de vergüenza", dijo el ministro, "no quiero prejuzgar sobre los mismos y prefiero esperar al informe oficial de la UEFA.

La tragedia de Bruselas se produce a las pocas semanas de la catástrofe registrada en la ciudad de Bradford, en el norte de Inglaterra, en la que 53 personas perdieron la vida como consecuencia de un incendid, cuyas causas no han sido todavía esclarecidas y que destruyó en menos de cuatro minutos la tribuna principal del estadio local.

La violencia protagonizada por los hinchas británicos parece haberse convertido en endémica en las competiciones europeas y son ya varios los países que han pedido que se prohíba la asistencia de estos hinchas a los campeonatos de fútbol europeos. Sin embargo, el Liverpool tenía hasta ahora un récord limpio y ausente de incidentes en los últimos años. Esta violencia, reflejada igualmente en los campos de fútbol de Inglaterra, fue la que motivó la creación del gabinete de guerra", presidido por la primera ministra, que hace tres semanas exigió a los responsables del fútbol que tomaran medidas drásticas para poner fin a los incidentes si no querían que el Gobierno interviniera directamente.

El horror que han causado las imágenes pasadas por la cadena BBC 1, ha hecho que centenares de aficionados de Escocia llamaran a la estación principal de la televisión para pedir que se aclarara que el Liverpool era un equipo inglés y no británico, porque en el segundo de los casos podía interpretarse en los países europeos como un equipo de Escocia. Los equipos de Escocia que hace años tenían la fama de ser los más violentos de las competiciones europeas han conseguido eliminar la violencia de sus campos de fútbol con la simple medida de impedir la venta de alcohol durante la celebración de los partidos.

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