_
_
_
_
_
gente

Christian Piot,

vieja gloria de la selección nacional de fútbol belga, cuyos colores defendió como portero en 40 ocasiones, entre ellas durante el Mundial de México de 1970, se negó a vender camisetas con la figura del Papa, como pretendían que hiciera con motivo de la visita de Juan Pablo II ayer a Banneux, pequeña localidad considerada la Lourdes belga. Piot, de 38 años, que tuvo que retirarse del fútbol a causa de una herida en la rodilla, tiene una casa de comidas y un negocio de venta de souvenirs en Banneux. Cuando le propusieron hacerse de oro con la visita de Juan Pablo II vendiendo camisetas, servilletas, carpetas y otros, objetos con la efigie del Papa, se opuso y aclaró: "Estimo demasiado a este hombre, jefe de la Iglesia católica y jefe de Estado, para ver a las chicas llevando su figura".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_