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José María Tomás

El juez que instruye el sumario sobre la red de prostitución de menores descubierta en Valencia considera esta práctica "una forma de esclavitud"

Su apariencia física no es la que se suele esperar de un juez. José María Tomás tiene 35 años, mide 1,92 metros de estatura, practica varios deportes y acude diariamente al Juzgado de Instrucción número 3 de Valencia, del que es titular, en una Vespa. Ha procesado a 41 personas en relación con la red de prostitución infantil recientemente descubierta y asegura que considera el delito de corrupción de menores como "una forma de esclavitud".

Muchos datos de su vida le convierten en un magistrado poco frecuente. Es juez desde la edad de 26 años, estudió y aprobó como alumno libre la carrera de Derecho en sólo tres años, dictó la primera sentencia de divorcio de España en San Sebastián, el 3 de septiembre de 1981, dos días después de la entrada en vigor de la ley, y una de sus resoluciones que tuvieron más repercusión fue la congelación de todas las cuentas del Banco Central (estatal) de Guinea Ecuatorial en España.Siendo titular de un juzgado de primera instancia e instrucción en Ibiza, su primer destino como juez, hubo de tomar declaración al entonces presidente del Gobierno Adolfo Suárez, en relación con una demanda presentada contra una persona que lo insultó públicamente. "Suárez había llegado a Ibiza con Fernando Abril Martorell en un yate de bandera extranjera", indica José María Tomás, "y un individuo les increpó por esa razón; les insultó y les dijo que no eran españoles". El jefe de seguridad del presidente presentó una denuncia, y el juez hubo de ir a tomar declaración a Suárez, debido a su cargo, a su residencia oficial que en ese momento era el yate.

"Me pareció", señala, "una persona de una gran capacidad de diálogo y de una simpatía arrolladora. Estuvimos hablando más de una hora sobre la justicia y otros asuntos relacionados con el Estado. Cuando llegó el momento de tomarle declaración, le pedí el documento nacional de identidad y me dijo que no lo llevaba. Yo le respondí que no se preocupase, que lo pondría como indocumentado". No llegó a ocurrir tal cosa porque ordenó llamar a la Moncloa y pudo dar el número del DNI.

Suárez pidió al juez su opinión sobre el caso. "Yo le dije que, desde mi punto de vista, un presidente de Gobierno debía siempre estar en disposición de recibir críticas, incluso muy agrias. Él lo entendió así y finalmente hizo retirar la demanda".

José María Tomás es un juez muy accesible, tanto para los periodistas como para las personas que, relacionadas con los directamente interesados en unas diligencias judiciales, desean obtener información. Cree que es el único camino de que exista un control social sobre la actividad judicial, "como existe y debe existir sobre cualquier otro poder del Estado". Piensa que, sin embargo, actualmente, los jueces "tenemos pocos medios para divulgar nuestra actividad".

Su popularidad data de la instrucción del sumario sobre la red de prostitución de menores, que está a punto de concluir. Se trata de unas diligencias judiciales especialmente espectaculares por el carácter del delito y el número de personas implicadas. En este momento, 16 de los procesados se encuentran en prisión y por orden del juez se han precintado 12 locales en los que se ejercía la prostitución, nueve de ellos de Valencia y el resto de pueblos de la provincia.

Preguntado sobre si es un juez duro, responde: "No tengo conciencia de serlo". No quiere entrar en consideraciones sobre la ley, que indica, "no condena ni persigue la prostitución en sí misma, pero sí a los que se lucran de la prostitución ajena". Precisa que "si además estas personas utilizan a menores, me parece que se trata de una conducta muy grave".

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