El Gobierno francés estudia la apertura de dos canales privados de televisión

Francia contará próximamente con dos cadenas privadas de televisión de alcance nacional y numerosas emisoras locales independientes si prospera el informe que ha preparado, a petición del primer ministro, Laurent Fabius, el experto Jean-Denis Bredin. El estudio, que tiene 325 páginas, fue hecho público ayer en París.

El informe fue solicitado poco después de que el presidente de la República, François Mitterrand, afirmara públicamente a primeros de año que era partidario de la "apertura de las ondas hercianas tan pronto corno sea posible y dentro de un orden". Según fuentes oficiosas, el Gobierno tomará una decisión antes de las vacaciones de verano.Jean-Denis Bredin, que fue vicepresidente del Movimiento de Radicales de Izquierda, explicó que su proyecto tiene en cuenta, fundamentalmente, tres elementos: respeto de los planes ya en marcha de televisión por cable y televisión vía satélite; deseo de no asfixiar a otros medios de comunicación, y muy especialmente a la Prensa escrita, que necesita la publicidad para subsistir, y adecuación a los problemas técnicos, es decir, la escasa presencia de frecuencias en las que emitir.

El informe propone que no se modifique la situación de las tres cadenas actuales, de propiedad estatal. El Canal Plus -mitad estatal, mitad privado- deberá seguir siendo un canal por suscripción, es decir, que deberá financiarse a través de la cuota que pagan los abonados y no a través de los ingresos publicitarios. Las cadenas estatales no deberán tampoco aumentar sus ingresos gracias a los anuncios, sino a través de la venta de licencias.

Las dos nuevas cadenas de alcance nacional, según el proyecto, serán creadas bajo el régimen de "concepción de servicio público", por un plazo de cinco años, y tendrán que ajustarse a una serie de normas éticas muy estrictas: deontología de la información, cumplimiento de las normas de publicidad (con imposibilidad de interrumpir un programa con anuncios), respeto de los acuerdos con la industria cinematográfica, etcétera. Desde el punto de vista de la producción propia, las dos cadenas deberán alcanzar las 100 horas anuales.

En un primer momento, los dos concesionarios, elegidos de acuerdo con su solidez financiera y el profesionalismo de su proyecto, tendrían acceso a una red de entre 17 y 20 millones de espectadores y se comprometerían a utilizar los servicios del satélite que lanzará la primera cadena estatal en 1986. Mientras que no utilicen el satélite, sólo podrán emitir de 19.30 a 9.30.

Jean-Denis Bredin estima que la! nuevas cadenas, tanto nacionales como locales, podrán estar en pleno funcionamiento en un plazo de cuatro a cinco años. "El esquema que propongo", explicó, "evitaría la anarquía y permitiría la coexistencia de todos los medios de comunicación. La publicidad puede ampliarse un poco, pero no es infinita, y hay que tener cuidado para que las cadenas privadas de televisión no acarreen el cierre de periódicos".

Por el momento existen cuatro grandes candidatos para las dos cadenas de alcance nacional: la emisora de radio Europa 1, unida a la gran empresa de publicidad Publicis; Radio Televisión de Luxemburgo, en cooperación con una empresa francesa; el grupo Hersant, propietario, entre otros, de Le Figaro, y Hachette, la empresa editora, que ya vende vídeos y películas a los canales nacionales.