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15 días sin víveres ni combustible.

FÚLVIA NICOLÁS, Quince días ha estado fondeado en el exterior del puerto de Valencia al buque Pantanassa, un mercante de bandera panameña. Sus armadores, de nacionalidad griega, se habían negado a pagar los salarios de la tripulación, así como los gastos de combustible y de mantenimiento necesarios para posibilitar la entrada del barco en el puerto de Valencia. Una empresa italiana, cuyo nombre no se ha dado a conocer, se responsabilizó finalmente del Pantanassa, tras un largo proceso de negociaciones, que concluyó este fin de semana, en las que actuó como mediador el sindicato UGT, representante en España de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITWF).

Los 10 tripulantes del buque griego Pantanassa -tres griegos, tres egipcios y cuatro indios- han permanecido 15 días sin víveres ni combustible a bordo del barco, fondéado a la salida del puerto de Valencia. Abandonados por los armadores del barco (griegos), que les adeudaban salarios por más de tres millones de pesetas, han encontrado este fin de semana la solución momentánea a sus problemas, al hacerse cargo de la nave una compañía italiana cuyo nombre no ha sido revelado.Página 25

La tripulación del 'Pantanassa', 15 días sin víveres ni combustible

El Pantanassa, con 10 hombres a bordo, había permanecido cerca de 15 días anclado en el exterior del puerto de Valencia, frente a la playa de Nazaret, sin más víveres que algunas cajas de spaghetti y con una escasa cantidad de combustible, la estrictamente necesaria para las maniobras de aproximación a las instalaciones portuarias.Según relató el capitán, el griego Ioannis Barbagiannis, el Pantanassa entró en aguas españolas a principios de marzo, buscando alguna carga que transportar por su zona habitual, la costa mediterránea y el África occidental, y al no encontrarla en Tarragona ni en Castellón recibió órdenes de dirigirse a Valencia, donde les, esperaban instrucciones en una empresa consignataria. Esta empresa, al parecer llamada Consigmar, no apareció y el barco, que llevaba largo tiempo sin atracar en ningún puerto, quedó sin viveres, sin combustible y sin dinero para pagar los gastos de entrada en el puerto.

A partir de ese momento la situación de la tripulación, abandonada a su suerte se hizo desesperada, aunque aguantaron en el buque en espera de alguna solución que no llegó.

3 millones de deuda salarial

Las gestiones iniciadas por el sindicato UGT, representante en España de la ITWF, a quien solicitó ayuda el capitán tras 10 días de espera en el barco, han permitido establecer contacto con la empresa propietaria del mismo, una naviera griega, que adeudaba a la tripulación un total de 19,000 dólares -alrededor de 3.300.000 pesetas- en salarios, y que al parecer deseaba deshacerse del barco alquilándolo a otra compañía.

El pasado jueves se personó en Valencia un griego que aseguraba ser representante de los armadores, y anunció que estaba dispuesto a pagar los salarios, y proporcionar alimentos y combustible al Pantanassa. Junto con él llegó un grupo de empresarios italianos que aseguraban que iban a alquilar el barco en cuanto el problema estuviese solucionado.

La UGT exigió a ambas partes la entrega de alimentos a la tripulación, como condición imprescindible para iniciar cualquier negociación. Una partida de alimentos llegó al barco el mismo día, pagada por los armadores, aunque no ocurrió lo mismo con el dinero ni con el combustible.

Por su parte, los 10 miembros de la tripulación -dos griegos, tres egipcios y cuatro indiosotorgaron poderes notariales al sindicato UGT para que éste pudiera emprender las acciones necesarias para solucionar el problema laboral, dirigidas por un asesor jurídico. Las negociaciones -entre las dos empresas, por una parte, y entre éstas y los tripulantes, por la otra- duraron hasta la noche del sábado, con momentos de gran tensión.

Finalmente, y según anunciaron fuentes de UGT, se llegó a un acuerdo, quedando la empresa italiana como responsable del Pantanassa. Los marineros, algunos de los cuales llevaban más de 10 meses sin cobrar, recibieron el importe de los salarios atrasados, por un total, entre todos, de 19.000 dólares (algo más de tres millones de pesetas), y el capitán y dos miembros de la tripulación decidieron no reincorporarse al barco, cuyo próximo destino se desconoce.

Sin garantías laborales

La penosa situación del Pantanassa y su tripulación, con sueldos de miseria, sin ninguna garantía laboral y expuesta a todo* tipo de riesgos, como los días pasados en Valencia sin víveres ni combustible, es habitual en los barcos con pabellón de conveniencia, según indicaron fuentes de UGT. "El escaso control que se realiza sobre estos buques y sobre las empresas propietarias facilita la existencia de todo tipo de irregularidades, empezando por una situación de los trabajadores más próxima al esclavismo que a otra cosa", indicaron.

El secreto que han revestido las negociaciones entre los armadores griegos, en este caso, y los nuevos responsables italianos -se ignora si han comprado o alquilado el barco- ha impedido conocer incluso los nombres de ambas empresas, y las condiciones del acuerdo. Según indicaron fuentes de Unión General de Trabajadores, "nuestro papel como mediadores se ha limitado a la solución del problema laboral, sin íntervenir en los tratos entre las empresas, que desconocemos".

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