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La demanda del ministro del Interior contra EL PAÍS

Barrionuevo contradice a Ledesma y vuelve a acusar a EL PAÍS de atentar contra los pilares del sistema democrático

J. Y., El ministro del Interior, José Barrionuevo, contradijo ayer al titular de Justicia, Fernando Ledesma, al negar que había transmitido su preocupación a este último por el oficio recibido del Juzgado de Instrucción número 1 de Bilbao. En éste se pedía, entre otras cuestiones, información sobre la posible intervención, planeamiento o conocimiento previo de los servicios. de información (policiales y militares) del Estado en el asesinato del dirigente de la coalición nacionalista Herri Batasuna Santiago Brouard. Barrionuevo se reafirmó, como ya expresó anteriormente en el escrito de la demanda contra este diario, en que EL PAÍS es un "libelo" y que intenta "atentar contra los pilares de nuestro sistema democrático".

El ministro del Interior prestó, durante más de una hora, su confesión judicial, que había sido solicitada como prueba por EL PAÍS, en la tramitación de la demanda que Barrionuevo presentó contra el periódico y su director, Juan Luis Cebrián, por supuestas ofensas a su honor. Ni en la confesión judicial del ministro ni en ningún otro m.omento del período de prueba se ha tratado del honor personal de José Barrionuevo, que es el objeto teórico de la demanda, sino que las declaraciones se han centrado en las investigaciones sobre el asesinato de Brouard.Después de la confesión del ministro del Interior declararon como testigos el subsecretario del mismo departamento, Rafael Vera; el comisario general de Información, Jesús Martínez Torres; los directores generales de la Policía y de la Guardia Civil, Rafael del Río y teniente general José Antonio Sáenz de Santa María, y el portavoz y responsable de las relaciones del Ministerio del Interior con la Prensa, Julio Fernández.

Contradicciones

El ministro del Interior, que afirmó conocer la declaración judicial de Fernando Ledesma, aseguró que hizo el informe al ministro de Justicia antes de entrar en un Consejo de Ministros, cuando Ledesma había asegurado que el informe verbal de Barrionuevo se produjo a la salida del Consejo.

Ledesma recalcó en dos ocasiones, en su declaración, que Barrionuevo le había transmitido su preocupación personal, pero dijo que no se podía hablar de malestar del Gobierno, toda vez que el gabinete no se había pronunciado sobre el tema. Sin embargo, el ministro del Interior dijo ayer, en un primer momento, que no recordaba que hubiera mostrado expresamente su preocupación a Ledesma por el oficio. Posteriormente afirmó que no hizo manifestación expresa de su preocupación al ministro de Justicia, aunque, como realmente se encontraba preocupado, es posible que Ledesma pudiera haberlo deducido por su cuenta. Barrionuevo dijo que había pensado sobre las declaraciones de Ledesma, que eran públicas y conocidas desde el martes pasado. En su declaración ante el juez, el ministro de Justicia había precisado claraniente el carácter personal de la preocupación del ministro del Interior, preocupación que dijo haber trasmitido a su vez al fiscal general del Estado en funciones, Cándido Conde Pumpido.

Los periodistas preguntaron a Barrionuevo, al concluir su confesión, sobre cuál era el motivo de su preocupación por el oficio. El ministro respondió: "¡Hombre! Se trata de un asesinato... y yo soy el responsable de la seguridad ciudadana". Advertido de que el oficio no constituía ningún asesinato, replicó: "No, pero en el fondo había eso". En la confesión se produjo una tercera contradicción con la declaración del ministro de Justicia. Mientras Fernando Ledesma precisaba que Barrionuevo le había abordado para mostrarle su preocupación y le entregaba la fotocopia del oficio, Barrionuevo aseguró que si entregó la fotocopia fue porque Ledesma se la había pedido.

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El ministro del Interior, durante su confesión judicial, aseguró no recordar que este periódico hubiera publicado informaciones y editoriales favorables a él, y otros en los que se hubiera apoyado la actividad política de su departamento contra el terrorismo. También dijo no recordar que se hubiera pedido nunca colaboración al periódico en materia de la lucha antiterrorista, ni recordaba tampoco que el hubiera manifestado ante testigos que las críticas adversas de EL PAÍS a su gestión se debían a una animadversión de Cebrián contra él. "Es una especulación que ha corrido", añadió. Anteriormente

Barrionuevo contradice a Ledesma y vuelve a acusar a EL PAÍS de atentar contra los pilares del sistema democrático

había dicho que no había tenido ningún conflicto personal con Juan Luis Cebrián ni con ninguna otra persona del periódico.Barrionuevo tampoco recordó con precisión los términos de una conversación de media hora mantenida con el director de EL PAÍS, -el ministro dijo que fue una conversación amplia, pero no tanto- de la que sólo se publicó, una declaración del ministro de trece palabras, diciendo que se atenía a una nota facilitada por el Ministerio de Justicia.

Colaboración pagada

En la confesión, el ministro del Interior reconoció una carta escrita de su puño y letra, dirigida al director de EL PAÍS, en la que agradecía el pago de una colaboración en el periódico diciendo que era grato cobrar por publicar en EL PAÍS, cuando mucha gente estaría contenta por pagar por publicar en este periódico. No obstante se ratificó luego en las expresiones de la demanda que acusan a EL PAÍS de ser un libelo y de atentar contra los pilares mismos del sistema democrático.

La declaración del subsecretario del Interior, Rafael Vera, se resumió a negar que tuviera conocimiento del oficio. No así la del comisario general de Información, Jesús Martínez Torres, receptor del oficio más conflictivo.

Martínez Torres leyó el texto del oficio remitido por el Juzgado de Instrucción número 1 de Bilbao, lectura que fue recogida por los magnetófonos de los informadores.

El comisario Martínez Torres negó que el oficio en cuestión hubiera ocasionado malestar en la Comisaría General de Información porque sus miembros desconocían su existencia. Sin embargo, se contradijo al responder a la siguiente pregunta, relativa a si había dado traslado del oficio al Ministerio del Interior antes de contestarlo y remitirlo al juzgado. Martínez Torres afirmó que al recibir el escrito en su secretaría, el 27 de diciembre de 1984, simultáneamente lo puso en conocimiento de su superior, el director general de la Policía, Rafael del Río, y "a mis servicios, que empezaron a trabajar sobre el asunto".

Hay que destacar que el oficio entró en la Comisaría General de Información el 27 de diciembre, y el 28, Ledesma percibía la preocupación de Barrionuevo. Martínez Torres se mostró categórico al afirmar que nunca hacía declaraciones a la Prensa y que no le llegó comentario alguno sobre el malestar causado por el oficio.

Rafael del Río negó que el oficio del juez de Bilbao causara desconcierto, enojo o malestar, y confirmó que la Dirección General de la Policía no contestó a un cuestionario presentado por EL PAÍS sobre el caso Brouard. José Sáenz de Santa María afirmó haber recibido un oficio del Juzgado de Instrucción número 1 de Bilbao en el que se pedían datos sobre la dirección, persona y categoría o graduación que está al frente del Servicio de Información de la Guardia Civil, pero que no produjo malestar porque se despachó inmediatamente.

Para hoy a mediodía está prevista la comparecencia como testigo de Cándido Conde Pumpido, teniente fiscal del Supremo. Entre los asistentes a estas sesiones se encuentran Luis Apostua y Miguel Ángel Aguilar, en representación, respectivamente, de la Asociación de la Prensa y de la Asociación de Periodistas Europeos.

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