Pedro Delgado le sacó 18 segundos a su compañero 'Pello' Ruiz Cabestany
Pello Ruiz Cabestany, aguantó la primera etapa pirenaica, que resultó un fiasco. Un belga, Fons de Wolf (Fagor), no precisamente un escalador, ganó en la meta de Panticosa. Allí llegaron, cada uno por su lado, dos compañeros de equipo que rivalizan por adjudicarse la prueba: Pedro Delgado y Ruiz Cabestany. Aquél le sacó a éste 18 segundos.
Mientras el alcalde de Móstoles firmaba la paz con Francia, tras 177 años en pie de guerra, dos españoles del mismo equipo parecen empeñados en declarársela. Tanto Pedro Delgado como Pello Ruiz Cabestany demostraron ayer una falta de entendimiento total que pudo costarle al equipo Orbea el liderazgo. Faltaban tres kilómetros escasos para la línea de meta y el pequeño grupo de escogidos, en el que figuraban Ruiz Cabestany, Delgado y Millar, iba en persecución del colombiano Parra. De repente, sin previo aviso, saltó Delgado, que se fue sin dificultad, dejando a Pello a merced de Millar.
No pasó nada porque Pello Ruiz Cabestany aguantó el tirón del británico y aún tuvo arrestos para entrar antes que él, pero Millar podía haberle sacado esos seis segundos que les separan en la clasifiación general.
"Que cada uno lo vea como quiera", dijo Ruiz Cabestany con ironía cuando se le preguntó por la acción de Delgado. "Lo importante es que ¡he subido bien y creo que estoy en condiciones de conservar el liderazgo hasta Andorra porque he visto a la gente muy cascada". Domingo Perurena, director deportivo del Orbea, quitaba importancia al hecho: "Yo no estaba allí para verlo. Posiblemente, habrán hablado entre ellos y, como Delgado tiene que recuperar el tiempo perdido... De todas formas, es un tema que debemos tratar entre nosotros".
Efectivamente, Delgado quiere recuperar el tiempo perdido. Su hundimiento en el Alto de Campóo le ha sentado fatal. Pero ayer, con su actitud, no logró reducir sustancialinente esas diferencias y estuvo a. punto de perjudicar a su compañero. Pedro se justifica diciendo: "Tenemos libertad de movimientos. Ninguno de los dos está supeditado al otro".
Tres abandonos
Son los problemas de los equípos con dos cabezas pensantes, que ya querría tener Luis Ocaña, director del Fagor. Este conjunto netamente francés, pero con capitán español, quedó ayer descerebrado. Pedro Muñoz, su hombre fuerte, no tomó la salida por una tendinitis. Otro tanto ocurrió con el colombiano Corredor.
Quizá por,esta circunstancia, Ocaña planificó la escapada del belga Fons de Wolf, un ciclista de 28 años que iba para figura -llegaron a llamarle el sucesor de Eddy Merckx- para estánc.irse completamente después. De Wolf tiene un contrato millonario en el Fagor y estaba pasando de la Vuelta, a más de una hora de diferencia del líder. Ayer no le quedó más remedio que justificar su sueldo y lo hizo con creces. Para ello contó con la colaboración de Poissonnier.
Ambos saltaron del pelotón en el kilómetro 80 de carrera y nadie les hizo el más mínimo caso. Perfectamente compenetrados, llegaron a tener una ventaja de 25 minutos y se plantaron en, el puerto de Panticosa con margen para no ser cazados. En la ascensión De Wolf dejó a su compañero de fuga.
A partir del instante en que el belga y, el francés entraron en la línea de meta, el interés de la carrera se centró en lo que podría pasar por detrás, donde ya no estaba el holandés Peter Winnen, que había abandonado.
A Pablo Vilches se le encargó romper el pelotón y lo hizo a la perfección. Fue el puente con el que conectó su compañero Fabio Parra, el mejor colombiano en la clasificación, que entró en tercera posición. Restó unos segundos a sus rivales, pero el puerto se le quedó corto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.