Los deportados por la revolución cultural piden volver a Pekín

Más de 200 exiliados chinos participaron ayer en la sexta jornada consecutiva de protesta ante la sede del partido comunista en Pekín para pedir al Gobierno permiso para volver a vivir a esta ciudad. Las autoridades han rechazado las peticiones de los manifestantes que obedecieron, hace 17 años, durante la revolución cultural, el llamamiento de Mao Zedong para que abandonaran las grandes ciudades y compartieran la dura vida de los campesinos.

La policía retiró durante las noche, por primera vez, las pancartas en las que éstos piden ayuda al líder chino Deng Xiaoping, e impidió también el acceso de los periodistas a las proximidades de la sede del partido comunista."Salvad vuestra dignidad y la de vuestro país, no hableis con extranjeros", gritaban ayer policías a los manifestantes, que eran en su mayoría jóvenes estudiantes de bachillerato cuando decidieron abandonar la ciudad según las consignas de la revolución cultural.

Más de 600 campesinos, trabajadores y funcionarios residentes en la provincia septentrional de Shanxi, que ahora tienen en su mayoría más de 30 años, llegaron el pasado domingo, muchos de ellos con sus hijos, a Pekín para exponer su caso a las autoridades. A pesar de la simpatía despertada en la opinión pública por el tema, el Gobierno no permite su vuelta a Pekín con el fin de evitar grandes concentraciones de población en la ciudad.

Un portavoz del Gobierno declaró, sin embargo, el viernes, que las autoridades están dispuestas a examinar los casos de los exiliados que permanecen solteros o que se casaron con ciudadanas de Pekín.

Algunos de los manifestantes han afirmado su descontento por el hecho de que muchos otros deportados lograron volver a Pekín al utilizar sus contactos personales u otras vías ilegales.

Entre 1978 y 1981, el malestar de unos 10 millones de jóvenes que decidieron integrarse en la vida campesina dio como resultado importantes oleadas de protestas y disturbios.