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Renovación en el colegio cardenalicio

Angel Suquía considera que no existe derechización en los nombramientos del papa Wojtyla

Rocío García

El arzobispo de Madrid-Alcalá, Angel Suquía, afirmó ayer que no veía ninguna razón para deducir que existe "una involución o una derechización" en los nombramientos de cardenales hechos por el papa Juan Pablo II a lo largo de su pontificado. Suquía, que mostró una "gran alegría y gozo personal" por su designación como cardenal, es el primer arzobispo de la diócesis madrideña que consigue el cargo cardenalicio. Está considerado como un conservador tanto en doctrina como en política. Fue nombrado arzobispo de Madrid-Alcalá en abril de 1983.

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Ángel Suquía se encontraba ayer por la mañana realizando ejercicios espirituales en la localidad madrileña de Collado-Villalba, junto con seis obispos auxiliares, y regresó a Madrid al hacerse público su nombramiento de cardenal por el Papa Juan Pablo II.Suquía se mostró ayer profundamente satisfecho por la designación. "Supone una confianza del Santo Padre en mi persona y la elevación de la diócesis madrileña al rango cardenalicio", dijo. De esta manera, "a la Iglesia de Madrid se la llama a una particular ayuda del Santo Padre en el Gobierno de la Curia Romana", afirmó Suquía. "La Iglesia ha reconocido, con este nombramiento la importancia de la diócesis de Madrid, no sólo por su desarrollo demográfico sino también social", señaló el nuevo cardenal.

El arzobispo de Madrid consideró que la elevación de Suquía al cardenalato es "una oportunidad para prestar un servicio mas a la Iglesia en la persona del Papa y, desde ahí, a toda la sociedad".

"Ni involución ni derechización"

Ángel Suquía dijo, en una entrevista en su despacho de la sede del arzobispado de Madrid, que no veía ninguna razón "para ver en los nombramientos que ha hecho el Papa, a lo largo de su pontificado, una involución o una derechización". "Son interpretaciones alambicadas y difíciles de demostrar", afirmó Suquía. El nuevo cardenal quiso quitar importancia a los dos nombramientos efectuados en su persona por Juan Pablo II, -el de arzobispo de Madrid y el de cardenal- y afirmó que el papa Pablo VI había sido igualmente el artífice de su designación como obispo y de dos traslados de sedes pontificales. "Esto demuestra", dijo Suquía, "la confianza puesta en mí por este Papa y por el anterior, y por los dos nuncios del Vaticano, Innocenti y Dadaglio".El 12 de abril de 1983, la Nunciatura Apostólica en España comunicó el nombramiento por la Santa Sede del nuevo arzobispo de la diócesis de Madrid-Alcalá: Ángel Suquía Goicoechea.

Tensiones intraeclesiales

El cambio en la primera diócesis del Estado, -tras ser aceptada la dimisión del anterior titular, el cardenal, Vicente Enrique y Tarancón-, estuvo precedido de tensiones intraeclesiales por hacerse con el control de la importante diócesis madrileña.La designación de Ángel Suquía fue interpretada como una victoria de los sectores más conservadores de la Iglesia, tras la etapa de Tarancón, caracterizada por la apertura de la jerarquía eclesiástica española hacia las nuevas realidades religiosas, culturales, sociales y políticas.

En el nombramiento de Ángel Suquía, catalogado como un hombre conservador tanto en el terreno de las costumbres como en el de la doctrina y la política, parece que jugó un importante papel el actual nuncio del Vaticano, Antonio Innocenti. Considerado como próximo al Opus Dei, al igual que el nuncio papal, Ángel Suquía ha prodigado las declaraciones sobre temas políticos, y ha utilizado en ocasiones la formularia respuesta a las ofrendas al apóstol Santiago como vehículo, en los 10 años que estuvo al frente del arzobispado de Santiago de Compostela. Desde su llegada a Compostela, Ángel Suquía hizo un notable esfuerzo por integrarse en la sociedad gallega, aunque no se libró, sin embargo, de críticas por una actitud que fue interpretada, en sectores progresistas, como un excesivo autoaislamiento en contraste con el cardenal Fernando Quiroga, su predecesor.

Opus Dei

Con respecto a su vinculación al Opus Dei, Ángel Suquía afirmó en una entrevista publicada en el diario ABC, en abril de 1983: "Yo nunca he privilegiado al Opus Dei entre otras instituciones de Iglesia, pero tampoco los he discriminado. El Opus Dei es una institución que me merece todo el respeto, aunque pueda tener sus limitaciones".Partidario de las autonomías, se ha mostrado en ocasiones crítico con la Constitución, que, a su juicio, "contiene omisiones, fórmulas ambiguas y hasta peligrosas en la redacción de los derechos de la persona y de la familia".

El arzobispo de Madrid, de 68 años y nacido en Zaldibia (Guipúzcoa), inició su carrera eclesiástica como cura ecónomo en la localidad alavesa de Cuesta y ocupó las sedes episcopales de Almería y Málaga, durante tres años en cada caso. En abril de 1973 fue nombrado arzobispo de Santiago de Compostela, cargo que ocupó hasta su llegada a la diócesis de Madrid-Alcalá.

Al frente del arzobispado de Santiago de Compostela, Ángel Suquía ha vivido los años santos de 1976 y 1982, y la primera visita del Papa en octubre de 1982. Fue durante tres años miembro del Consejo de Estado, hasta agosto de 1976.

Ángel Suquía, miembro de una familia de 16 hermanos, de los que viven actualmente 13, confiesa tener entre sus aficiones la música, la natación y el montañismo.

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