Un policía nacional, encarcelado, en relación con el incendio intencionado de una fábrica de Valencia

El policía nacional en activo Manuel Antonio Alamar figura entre los detenidos recientemente en Valencia en relación con el incendio intencionado de una fábrica, por la que el seguro abonó a sus propietarios 90 millones de pesetas, y con la realización de acciones intimidatorias de tipo mafioso a personas que podrían facilitar a la policía datos sobre este suceso. Hasta la fecha son ocho los detenidos por este hecho, entre ellos el citado policía nacional, el teniente del Ejército Juan Vicente Pascual Bertomeu y el supuesto mercenario anti ETA, Gilbert Perret, todos ellos en situación de prisión incondicional.Manuel Antonio Alamar ha sido encarcelado en el centro de detención de hombres de Valencia junto a Gilbert Perret. El teniente Pascual Bertomeu, dada su condición de militar, permanece recluido en un acuartelamiento de la guarnición de Valencia, concretamente en Paterna, donde dispone de cierta libertad de movimientos, aunque dentro del centro.

Este escándalo, que afecta a un militar, en situación de reserva activa, y a un policía nacional que depende de la Jefatura Superior de Policía de Valencia, cobra especial relevancia no ya por las circunstancias que rodean a los anteriores, sino por sus relaciones, patentes en este suceso, con el supuesto mercenario antiterrorista Gilbert Perret, cuyo nombre y el de su hermano Clement, surgió en relación con el grupo de colaboradores de la policía española que cruzó violentamente la frontera por Irún, inmediatamente después de producirse el atentado contra el bar Hendayais en noviembre de 1980. También se le relacionó con Jacques Dehesa, supuestamente implicado en el asesinato del etarra Justo Elizarán, en septiembre del año 1979.

Las investigaciones sobre la desarticulación de esta banda, cuyas acciones han sido calificadas policialmente de "mafiosas", las ha dirigido directamente el titular del Juzgado de Instrucción número 13 de Valencia, Miguel Ángel Olarte, si bien desde un principio los trabajos policiales los asumió personalmente el jefe superior de policía de esta región, Carlos Gómez de Ramón, el mismo comisario que a principios de 1981 se puso al frente de las investigaciones que condujeron a la desarticulación de la extrema derecha en Valladolid.

Un "suceso aislado"

Fuentes policiales señalaron que éste es "un suceso aislado" que no se puede conectar de momento con otro tipo de acciones en las que supuestamente podía estar implicado Perret, como podrían ser actividades antiterroristas en el sur de Francia o de cobertura en la costa valenciana de sujetos con problemas en el vecino país.Las fuentes consultadas por EL PAÍS indicaron que si bien han concluido las investigaciones sobre el incendio de la fábrica, la policía sigue trabajando en la zona de Castellón y Alicante, lugares frecuentados por mercenarios anti-ETA, ya que existen fundadas sospechas de que grupos de extranjeros, a los que no se descarta cierta vinculación con éstos, están participando en acciones mafiosas relacionadas con el juego, el tráfico de drogas y la prostitución.

El policía nacional Alamar, miembro de una familia de policías nacionales, ha sido acusado y encarcelado por robo e intimidación. Las investigaciones judiciales sitúan a Alamar como el hombre que contrató el propietario de la fábrica incendiada, Carlos García, para reclutar a dos personas, José Dasi y Pascual Silla, que postenormente le dieron una paliza, encubierta como atraco, a una mujer que disponía de datos con los que quedaba al descubierto la banda. Los autores de la paliza cobraron 500.000 pesetas.

Alamar, que depende administrativamente de la Jefatura Superior de Policía de Valencia, se encontraba destinado en el cuartel de la policía nacional del paseo de la Pechina, en esta capital, sede de la tercera circunscripción del cuerpo. Sus compañeros le consideran bien relacionado con sus jefes y oficiales.