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Monotonía con presagios de tormenta

Una de las características, repetida hasta la saciedad, de las últimas reuniones bursátiles, ha sido la uniformidad, la semejanza que cada sesión mantenía con respecto a las precedentes. Pues bien, aun manteniéndose idéntica problemática en torno a los mercados de valores, se han registrado pequeñas variaciones que pueden llevar a pensar que algo está cambiando, y no precisamente para mejorar.El primer dato que hace nacer estas sospechas es la contratación a crédito, que por primera vez en este año arroja un saldo negativo. Las cifras no son como para alarmar a nadie, pero el caso es que las ventas lograron triplicar a las compras, hasta ahora dueñas absolutas de esta modalidad de contratación. Algo estaba cambiando, pero todavía era poco. Otra sensible alteración en el monótono panorama de las bolsas ha llegado por la vía de la subasta de pagarés del Tesoro que, una vez más, indica que el precio del dinero ha tocado fondo, y bien pudiera decidirse por una orientación alcista.

Un factor no menos importante, y ya dentro del propio parqué, ha sido un rumor que no pudo encontrar terreno mejor abonado para germinar que un mercado lleno de dudas y cansado de esperar. El rumor venía a tocar una de las fibras sensibles del mercado en este ejercicio, el sector eléctrico, y más concretamente uno de sus valores, el parece más decidido a romper la baraja ahora que casi todos los jugadores empezaban a ponerse de acuerdo en cuanto a la forma de llevar adelante tan complicada partida. Los mentideros bursátiles, más que hacerse eco del rumor en cuestión, quedaron atónitos ante el anuncio de la posible insolvencia de una empresa eléctrica, pero el daño ya estaba hecho, y sus resultados no tardaron en verse.

Al margen de los rumores, los otros factores apuntados parecen ser más una declaración de intenciones que un hecho insalvable, como lo demuestra el que las bajas, aun siendo mayores que las de la sesión anterior, tampoco en esta ocasión dieron lugar a una pérdida superior a un punto, en lo que se refiere al mercado madrileño. Y ya en este mercado y en los resultados de la jornada, hay que señalar la incorporación del sector bancario al predominio claro de la oferta, al tiempo que o se producía ningún tipo de distorsiones en los demás grupos, con los que todos los, indicadores parciales se orientaron decididamente a la baja. Incluso Telefónica no se opuso a la corriente descendente, lo que contribuyó a que el índice general perdiera algunas centésimas más de las que se podían esperar del comportamiento del resto de los grupos.

La situación al cierre mostraba un dominio claro de la confusión, lo que ya es bastante malo de por sí para el mercado. Ahora hay que esperar más que nunca, algún tipo de declaración, bien por parte de las empresas, bien de la Administración, en cuanto al tema de las compensaciones eléctricas y también alguna aclaración sobre la situación de la empresa objeto del rumor al que puede achacársele el haber precipitado un movimiento que los mercados no se decidían a iniciar por sí mismos.

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