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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Contra el aborto

No sé si esta carta verá la luz pública algún día; si así fuera, quisiera romper una lanza en favor de la duda sobre el aborto -ahora que la suerte ya está echada- y extender mis interrogantes y mis motivaciones a quien quiera compartirlos o reflexionar sobre eIlos. Trabajo desde hace tiempo en un movimiento pro vida.Todo lo que deseo exponer se resume en unas preguntas: ¿Y si fuera cierto que no hay más diferencia entre el feto y el nacido que la alimentación y el tiempo? ¿Y si fuera cierto que el feto es tan hombre como el niño de cinco años, el adulto de 40 o el anciano de 80? ¿Y si fuera cierto que el feto es un ser humano? A estas alturas puede parecer una cuestión resuelta, trillada e incluso trivial. Para mí, sin embargo, es la cuestión más fundamental, más básica y más radical de todas las que se han manejado en el tema del aborto.

¿Qué pasaría si en lugar de debatir el aborto hubiéramos debatido, por ejemplo, el tema de la esclavitud? ¿Sería lógico plantear el debate en los términos de si es favorable o no para los propietarios de esclavos, de si debe considerarse sólo en algunos supuestos, de si afecta o no a la economía nacional de si un plantador de algodón va perder la cosecha por quedarse sin mano de obra gratuita? Ahora nos parece una barbaridad, pero la esclavitud ha estado vigente en sociedades "civilizadas" hasta que el tema fue reducido a sus principios fundamentales: ningún hombre puede poseer a otro, porque todos son y nacen iguales. Quizá alguien pudiera argumentar entonces que la consideración sobre si el esclavo es hombre libre por naturaleza o no pertenece al orden teológico, o quizá alguien saliera al paso negándose a tener por igual a un ser con la piel de otro color (está tan extendida todavía la sarna del racismo ... ). ¿Y la ciencia? La ciencia puede ser manejada para apoyar cualquier irracionalidad. Es neutra, pero los hombres pueden desviarla en uno u otro sentido. ¿No es cientificista el racismo biogenético? ¿No se apoyó el antisemitismo nazi en algunos sectores cientificistas? Pido perdón por el simplismo del razonamiento, aunque espero que se me entienda.

Enlazando con el principio de la carta, resumo las razones de mi militancia personal: 1. El derecho a la vida es un derecho fundamental no limitable en ningún caso (ello incluye el rechazo a la pena de muerte). 2. Mientras no se demuestre lo contrario, el hombre es hombre desde el principio de su vida hasta el fin de la misma. Cualquier aborto provocado es, por tanto, un asesinato. 3. Quien sufre las consecuencias de un embarazo no deseado es siempre una mujer, víctima de unas circunstancias determinadas que es preciso cambiar. La actividad pro vida se define por su carácter positivo: se reconoce la existencia de un problema y se trabaja para ofrecer soluciones positivas a la mujer que padece por causa de su embarazo.

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Es muy posible que estas razones no sirvan para convencer inmediatamente a millones de personas, y mucho menos a las compañeras de sexo que han hecho del aborto una reivindicación feminista, favoreciendo -paradójicamente- a una industria capitalista de inspiración masculina. Es posible también, que, acostumbrados a considerar las posturas anti+-abortistas corrio posturas ideológicas o religiosas, pocos quieran intentar siquiera acercarse a ellas. Pero puede ocurrir -por qué no- que alguien decida un día olvidarse de: los prejuicios y empezar a preguntarse lo elemental: ¿Y si fuera cierto que el feto es un ser humano? Quizá peque de excesiva fe en nuestra especie y la respuesta a esta pregunta no interese, en realidad, a casi, nadie.- .

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