Estalla una bomba en las oficinas de una empresa constructora de Huelva
Una bomba, compuesta presumiblemente por tres kilos de Goma 2, hizo explosión alrededor de las 2.15 de ayer en Huelva y causó importantes daños materiales en la oficina de la constructora Noriega, SA, situada en la céntrica calle del Puerto. También resultaron afectados otros locales comerciales colindantes. Éste es el tercer atentado que se comete en la capital onubense contra empresas relacionadas con la construcción desde que el pasado día 29 de marzo una carga de Goma 2 destruyó parcialmente una grúa propiedad de la firma Contractor.
La acción se la ha atribuido un grupo autodenominado GRAPO reconstituidos.Antes de que hubiera sido reivindicada la explosión, y sin datos seguros aún sobre la autoría, las primeras hipótesis que barajan lo artificieros de la Guardia Civil tienen relación con los últimos atentados y con el robo de 175 kilos de Goma 2 de un polvorín de la em presa Minas de Almagrera, en la población de Sotiel Colonada (Huelva), sustracción que tuvo lugar el día 3 de marzo.
El material utilizado en las explosiones precedentes, que fueron reivindicadas por esos supuestos GRAPO reconstituidos, procedía de Almagrera, según confirmó el Gobierno Civil.
Esta misma organización anunció, a través de una llamada telefónica al diario La Noticia de Huelva, "grandes movilizaciones para los días de Semana Santa en centros oficiales". Asimismo exigía la puesta en libertad de los presos políticos de los GRAPO.
En un boquete
La bomba colocada contra la constructora Noriega, SA, estaba preparada en un boquete de la acera próxima a dicha oficina, según informaron fuentes policiales que acudieron al lugar de los hechos.
Dado que la hora en que se produjo la explosión era muy avanzada, la zona se hallaba prácticamente desierta, por lo que no hubo desgracias personales.
Los daños materiales, sin embargo, son cuantiosos, al haber afectado la onda expansiva a numerosos escaparates y ventanas de la calle del Puerto, la avenida de Alemania y las calles de Rafael Guillén y de José Nogales, todas ellas en el centro de la ciudad.
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