Se despeja el camino para la mision de Contadora

Fuentes diplornáticas en Panamá aseguran que el Grupo de Contadora (Colombia, Venezuela, México y Panamá), una vez superados los escollos que pronosticaban el inevitable fracaso total de su gestión, retorna con nuevos bríos el diálogo por la paz en Centroamérica, en un práctico punto muerto desde el pasado mes de enero. Las gestiones del grupo entran en una nueva etapa tras la gira del presidente colombiano, Belisario Betancur, por la región y su posterior visita a EE UU y por el nuevo espíritu de cooperación de los países centroamericanos, que reconocen al grupo pacificador como único foro para solucionar la crisis del área.Betancur, que visitó los países de Centroamérica y, del propio Grupo de Contadora en una maratoniana gira previa a su viaje a Estados Unidos, confirmó la próxima reunión de plenipotenciarios del grupo y la que se llevará a cabo en Panamá a mediados de abril.

Las gestiones del Grupo de Contadora, que parecen haber entrado en su recta final, deben complementarse con la aprobación del acta de paz para la región que se presentó a los Gobiernos de Centroamérica a mediados del año pasado y que fue revisada y modificada. El Salvador, Costa Rica y Honduras redactaron conjuntamente mecanismos de verificación y control del acta en materia de seguridad y armamento que deben incluirse en el documento final. El Gobierno nicaragüense se comprometió a firmar el acta "sin modificaciones", y Guatemala adoptó una actitud flexible, evitando tomar partido.

En enero pasado, cuando los cancilleres de Contadora se reunieron en Panamá para conmemorar el segundo aniversario de la fundación del grupo, el 9 de enero de 11983 en la isla panameña de la que tomaron su nombre, todos coincidieron en que el gran logro del grupo había sido evitar un conflicto generalizado en la región.

Sin embargo, el paso ligero de Contadora fue frenado por la negativa de Costa Rica a asistir a la reunión del grupo y representantes de los Gobiernos del área (que debía celebrarse en Panamá el pasado 14 de febrero), si no se liberaba antes a un asilado nicaragüense detenido en diciembre en su Embajada en Managua. El Salvador y Honduras se solidarizaron con el Gobierno de San José en esa ocasión, Los sandinistas, que se negaron en un principio a lo que creían un chantaje, accedíeron finalmente, despejando la gestión de paz del Grupo de Contadora.