Persistentes olores

El temor de que se produjera una explosión como la que efectivamente tuvo lugar ayer en el barrio bilbaíno de Iturribide había sido reiteradamente expresado por vecinos de la zona, alarmados por los persistentes olores que emanaban del subsuelo.Hace unos 20 días, un programa radiofónico local se hizo eco de esa inquietud, y poco después, el Ayuntamiento de la ciudad transmitió la denuncia a la fábrica municipal de gas.

Técnicos de esta última entidad inspeccionaron las conducciones, llegando a la conclusión de que los olores, cuya existencia detectaron de todas formas, no provenían de la red de gas ciudad, en la que no había escape alguno.

Ya entonces se avanzó como hipótesis alternativa la de un posible embolsamiento en las partes bajas de la red de saneamiento común de gases desprendidos de la descomposición de la gasolina y otros combustibles.

En la parte alta del barrio hay una gasolinera, cuyos tanques son limpiados periódicamente. Los residuos pasan a los colectores de saneamiento, por lo que no parece descabellado pensar que los olores percibidos por los vecinos pudieran provenir de los gases producidos por la descomposición del combustible en contacto con los otros materiales orgánicos que discurren por las tuberías.

En esa hipótesis, la explosión puede haber sido ocasionada, o en todo caso favorecida, por el fuerte calor que hizo ayer en Bilbao.