El Gobierno británico autoriza la subida del canon por televisor

LondresEl Gobierno británico ha autorizado una subida de las licencias de televisión destinadas a sufragar los gastos de la British Broadcasting Corporation (BBC) que ha irritado a conservadores y laboristas y que no ha satisfecho las esperanzas de la propia BBC.

Las licencias de los receptores de color pasan de 46 libras anuales a 58 (de 9.200 a 11.600 pesetas), mientras que las de blanco y negro suben tres libras, de 15 a 18 (de 3.000 a 3.600 pesetas). La BBC había solicitado al Gobierno que fijase la licencia de los televisores en color en 65 libras (13.000 pesetas). Según un portavoz de la BBC, la negativa del Gobierno a acceder a los deseos de la corporación le costará a ésta una pérdida de ingresos estimada en 350 millones de libras a lo largo de los próximos tres años (unos 70.000 millones de pesetas).

A finales de 1984 existían en el Reino Unido unos 18,6 millones de licencias, de los cuales 15,3 millones correspondían a aparatos de color. Sobre esa base, las nuevas licencias reportarán a la BBC unos ingresos estimados en unos 200.000 millones de pesetas anuales, insuficientes, según la corporación, para hacer frente a nuevos servicios y para proceder a la inauguración de una nueva Casa de la Radio, construida por un coste de unos 100 millones de libras esterlinas, aproximadamente 20.000 millones de pesetas. "Nos tendremos que limitar a mantener los servicios actuales", declaró el director financiero de la BBC, Geoff Buck, al conocer el límite fijado por el Gobierno.

El secretario del Interior, Leon Brittan, que anunció la medida en los Comunes, declaró que la vigencia de la nueva licencia sería por dos años y que se nombraría una comisión de encuesta para estudiar la posibilidad de que al cabo de esos dos años la televisión pública tuviera publicidad. La decisión del Gobierno provocó las iras tanto de los diputados conservadores, que consideraron que el aumento era excesivo, como de los laboristas, que acusaron al Gobierno de querer cargarse el carácter y el estilo de la BBC al contemplar la posibilidad de introducir publicidad. Un portavoz del Partido Laborista manifestó que un Gobierno laborista no permitiría nunca que la BBC tuviese anuncios.