Eurocomunistas y prosoviéticos finlandeses acentúan sus diferencias

EstocolmoEl congreso extraordinario del Partido Comunista Finlandés, tras dos días de deliberaciones, el sábado y el domingo pasados, en Helsinki, ha intentado preservar su frágil unidad, pero manteniendo la hegemonía de la actual dirección, de orientación eurocomunista, llevada por Alvo Aalto.

La fracción minoritaria que había exigido y conseguido la convocatoria de este congreso extraordinario para corregir, según sus tesis, las decisiones del congreso de mayo del pasado año no estuvo presente en las deliberaciones de este fin de semana como protesta contra las medidas de reorganización adoptadas por el actual comité central, encaminadas, según la minoría, a asegurar su predominio dentro del partido.

El congreso comunista dio plenos poderes a la actual dirección para, si fuese necesario, excluir a los miembros de los distritos donde predomina la minoría. No se trata, sin embargo, de aplicar una medida de expulsión colectiva, sino que mediante el mecanismo de renovación de carnés del partido se pueden alcanzar los mismos objetivos.

Las divergencias en el seno del Partido Comunista Finlandés comenzaron hace unos 15 años, y en su origen estuvo el surgimiento del eurocomunismo.

En Finlandia, la polémica del eurocomunismo dio como resultado la aparición de dos líneas claramente enfrentadas: una mayoritaria, la eurocomunista, también catalogada como reformista, y otra de corte estalinista, fiel a Moscú, tipificada como revolucionaria.

Entre ambas, buscando una mediación, una tercera línea representada por el ex presidente del partido Jouko Kajanoja. Si bien la unidad formal se ha mantenido, las discrepancias han ido aumentando, a pesar de los sucesivos congresos para acercar las dos partes del comunismo finlandés.

Toda esta serie de congresos y de divergencias afectó a la credibilidad electoral del PCF, que de un 20% en los años sesenta pasó al 17% a finales de 1970, para descender a un 11 % en la actualidad.