La legión no puso en peligro a la expedición de ornitólogos, según los militares

La Capitanía General de Canarias ha lamentado, en una nota de prensa, la situación de "inquietud y alarma" vivida por una expedición hispano-británica de cinco ornitólogos el pasado 25 de febrero, en el campo de maniobras militares de Pájara (Fuerteventura). Dichos científicos, que pertenecen al Consejo Internacional para la Conservación de las Aves, denunciaron al cónsul del Reino Unido en Canarias, Douglas Robert Stuart, que habían sido sorprendidos por disparos de arma de fuego cuando se disponían a investigar la especie tarabilla, una curiosa ave, en la zona conocida por Barranco Jenejey, en el que realizan ejercicios de tiro una unidad de instrucción de reclutas y el tercer tercio de la Legión Juan de Austria, (véase EL PAÍS de 17 de marzo de 1985).En la nota facilitada por las autoridades castrenses se asegura que en ningún momento corrió peligro la integridad física de los biólogos. Según la versión oficial, los disparos fueron efectuados por una patrulla del tercer tercio, campeona regional de tiro, tras haberse adoptado las oportunas medidas de seguridad, como la colocación de banderas rojas en los relieves del lugar y el cierre de los accesos a él. De otra parte, la nota informativa considera que el uso del campo de maniobras, en los últimos seis años, es "conocido por todos los habitantes de la isla".

Además, señala que las detonaciones que alarmaron a los científicos no fueron producidas por ráfagas de ametralladora como declararon aquellos en un primer momento, sino por disparos de armas portátiles. La capitanía general estima que "el efecto del fuego rápido y el silbido de los proyectiles en sus trayectorias laterales pudieron inducir a creer que los mismos pasaban por encima de sus cabezas". Desautoriza, de esta manera, la afirmación de los ornitólogos de que los rebotes de los disparos pudieron haberles herido.

La nota de la capitanía admite, sin embargo, que no ha sido posible establecer con exactitud las circunstancias del accidente, debido a que la denuncia fue presentada, 20 días después de ocurridos los hechos, ante la representación diplomática británica y no en la comandancia militar de la isla como hubiera sido lo correcto, a su juicio.