Rafael de Paula, profundamente deprimido, sólo quiso recibir en la cárcel a sus hermanos y al capellán de la Maestranza
El diestro Rafael de Paula continúa detenido en la prisión provincial de El Puerto de Santa María (Cádiz), junto con su amigo el industrial vasco Enrique Vidarte. Hasta mañana, sábado, no se cumplirán las 72 horas desde que pasaron a disposición judicial, tiempo del que dispone el juez para decretar la libertad o prisión preventiva. El torero, que sólo acepta la visita de sus hermanos, hizo una sola excepción ayer con el capellán de la Real Maestranza de Sevilla, Federico Pérez Estudillo. Según fuentes del interior de la prisión, el estado de ánimo del torero es de profunda depresión.
, CádizEl diestro consulta continuamente con sus abogados. Su esposa, Marina Muñoz, se ocupó de llevarle al centro penitenciario, la misma tarde en que fue ingresado en el mismo, algunos artículos personales de primera necesidad.Rafael de Paula es prácticamente ignorado por sus compañeros de enfermería, en su mayoría internos de mucha edad, que no pueden vivir el ritmo normal del centro. Sólo alguno se le acerca para preguntarle por qué está allí y, como excepción, alguien se percata de que el gitano deprimido es Rafael de Paula. Su estado de ánimo y las múltiples operaciones sufridas, muy reciente la última, aconsejaron su ingreso en la enfermería desde el primer momento. Enrique Vidarte, a su vez, padece una hernia discal y tiene un collar ortopédico; para él se consideró necesaria la misma medida. Los dos han estado así acompañados estas horas, en un lugar donde había unas 30 personas, a cambio de la celda individual a la que en principio estaban destinados.
La esposa del torero, Marina Muñoz, a través de una llamada telefónica a la dirección de la prisión, preguntó la manera de proporcionar al matador aquello que necesitara, tras lo cual, alrededor de las 20.30, llevó pijamas y zapatillas, y entregó todo personalmente en el control del centro penitenciario, de donde no pudo pasar al estar indocumentada.
El torero, sin embargo, ya ha advertido al director, Luis Céspedes, de que no quiere visitas, aparte de las normales con sus abogados, sus hermanos y, excepcionalmente, el capellán de la plaza de Sevilla, Federico Pérez Estudillo, quien se encontraba circunstancialmente en Sanlúcar de Barrameda y acudió a la prisión portuense para ver al torero de Jerez.
La única persona que, excepto sus hermanos y los abogados, pudo conversar ayer con Rafael de Paula en la prisión, el capellán de la Maestranza de Sevilla, Federico Pérez-Estudillo, comentaba a este periódico que el diestro se encuentra "muy afectado y no quiere ver a nadie". Federico Párez-Estudillo pudo acceder excepcionalmente al torero merced a la amistad que mantienen y en la charla Rafael de Paula le negó todas las imputaciones que se le hacen : "Me comentó que no sabe quién ha inventado todo eso, que se trata de una calumnia que se tiene que aclarar. Tiene mucha preocupación por su madre y sus hijos y me ha pedido que rece por él".
La posible acusación que pesa sobre ambos detenidos es "presunta inducción al asesinato frustrado en la persona de José Gómez Carrillo". El juez titular no ha calificado los hechos, y cuenta como plazo hasta el sábado para decidir sobre la libertad o no de ambos detenidos. En Salamanca continúan los presuntos agresores directos, dos jóvenes residentes en Éibar que trabajaban esporádicamente para el industrial vasco.
A José Rodríguez Zagra y Oswaldo Prado Jiménez se les espera para que presten declaración ante el Juzgado de Instrucción número 2 de El Puerto de Santa María. Según ha podido saberse tras las primeras declaraciones efectuadas por los detenidos y un detective privado contratado por Rafael de Paula para investigar sobre la posible infidelidad de su esposa, Rodríguez y Prado presuntamente recibieron unas 25.000 pesetas para alquilar un coche, con el que se trasladaron a El Puerto de Santa María. Los abogados defensores negaron toda relación del empresario vasco con los hechos, aunque se reconoció que ambos jóvenes trabajaban para Enrique Vidarte.
Al parecer, la defensa posiblemente admitió también la entrega de dinero para alquilar un coche pero nunca que se conociera el destino agresivo del viaje. Por otro lado, se ha negado toda relación del torero con los hechos narrados. Ayer no se produjeron nuevas declaraciones ante el juzgado.
Gómez Carrillo, desde su domicilio en El Puerto de Santa María, se niega a hacer comentario alguno. Es un hombre de 51 años, que fue jugador del Cádiz Club de Fútbol, y todos parecen recordarle como profesional y serio. Hasta hace escasamente dos meses era subdirector del casino Bahía de Cádiz, puesto que abandonó sin que se conozcan las razones. El 8 de marzo pasado fue objeto de las agresiones que han dado origen a la actual situación y que presuntamente ha recibido a causa de sus relaciones con la esposa del torero.
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