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NUEVO PARÓN EN LA RECTA FINAL PARA LA AMPLIACIÓN DE LA COMUNIDAD

Algunas mejoras en pesca y concesiones en agricultura

Andrés Ortega

BruselasEl acuerdo que se dibujó anoche, antes de que la postura intransigente francesa hiciera fracasar la aceptación de una propuesta común de los diez, parecía bueno en pesca, pero no tanto en agricultura. La agricultura española tardará 10 años en estar plenamente integrada en la CEE. España acepta tratar en bloque las frutas y hortalizas, con una integración en dos fases, incluidos los cítricos, en contra de las pretensiones españolas. Además, España ha aceptado aumentar los contigentes a la importación de productos continentales.

Pesca. España, desde la adhesión, se integra con un régimen particular a la política pesquera de la CEE. Dispondrá de una cuota de merluza de 18.000 toneladas anuales (el doble de la actual) y una proporción bastante satisfactoria de especies asociadas.

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Sin embargo, los pescadores españoles se verán sometidos a un régimen de control, que sólo se aplica a la zona del box de las islas Shetland, por medio de recensiones semanales y dobles listas de barcos. Una lista de base indica el número de barcos autorizados a faenar en aguas de la CEE. Otra, el de barcos que podrán faenar simultáneamente. El acuerdo parecía fijado sobre 300 barcos para la lista de base (lo que implica un desguace de 29 barcos). En cuanto a la lista periódica, el acuerdo debía hacerse en torno a 150.Paradójicamente, con el sistema de control, aunque oficialmente los españoles pescarán más, en realidad pescarán menos, ya que tendrán que respetar más las reglas comunitarias.

En cuanto al acceso a las aguas, España seguirá faenando en las zonas actuales. El box irlandes se abrirá -automática o gradualmente- a los barcos españoles en 1996. Las modalidades de acceso al mar del Norte se decicidirán en 1993, por lo que España queda excluida de la revisión de la política pesquera común prevista para 1992. Finalmente, aunque Portugal logra conservar su zona económica exclusiva, se compromete a negociar un acceso a ella por parte de los barcos españoles.

Agricultura. Productos continentales: Durante cuatro años España podrá mantener unos seudocontingentes a la importación de algunos productos sensibles, como la leche, la mantequilla, la carne bovina, los quesos y el trigo blando panificable. Estos contingentes van aumentando a partir del segundo año (entre un 10% y un 15% anual) y desaparecen al quinto, para verse remplazados por un sistema de mecanimos complementarios a los intercambios.

En leche y crema, el contigente inicial es de 200.000 toneladas, cuando España importó el año pasado unas 60.000 toneladas. En cuanto a la leche en polvo para consumo humano, España sólo logra que se le aplique el mecanismo complementario desde la adhesión, pero no que se convierta en producto sensible. No hay límites para la leche de larga conservación. No obstante, en este sector se aplicarán gradualmente desde el principio las garantías de precios comunitarias.

Frutas y hortalizas: España acepta lo que anteriormente rechazaba: una integración de este sector en dos fases, de cuatro y seis años, respectivamente. La CEE, sin embargo, hace algunas concesiones: un desmantelamiento arancelario en 10 años, con un ritmo que supone que alcanzamos las ventajas arancelarias de Marruecos frente a la CEE al quinto año. Durante cuatro años se mantiene de hecho el actual régimen comercial. Durante los seis siguientes se pasa a los mecanismos complementarios de los intercambios. Y en la primera fase, la. garantía de precios comunitaria sólo se aplicará en España según vaya normalizando su producción.

Materias grasas: Un acercamiento lento (5% por año) del precio del aceite de oliva español al comunitario, hasta que se introduzcan cuotas de producción en la CEE. Se fijan techos de producción para España en colza, navina y girasol, y con las mismas penalizaciones que en la CEE.

Azúcar: Se ofrecía una cuota de producción en España de un millón de toneladas y de 83.000 toneladas de isoglucosa. En cuanto a las ayudas nacionales, la CEE las acepta, pero no les suma las suyas.

Porcino: En razón de la peste porcina, España no podrá exportar. La CEE dará ayudas al almacenamiento, y eventualmente de garantía de precios, si el mercado español se ve inundado por los productos comunitarios.

Vino: La CEE ofrecía a España un techo de producción (por encima del cual se va a la destilación obligatoria a bajo precio) de 28 millones de hectólitros anuales de vino de mesa. Francia exigió rebajar este cifra. El acercamiento de los precios se haría en siete años.

Asuntos sociales: España solicitaba siete años (10 para Luxemburgo) para la libre circulación de sus trabajadores, y garantías de que toda nueva medida restrictiva que entrase en vigor en la CEE no se aplicaría a los españoles que ya están en estos países. La Comunidad Económica Europea ofrece la igualdad de trato para los trabaja dores españoles, aunque la equiparación de las prestaciones familiares no tendría lugar hasta pasa dos tres años.

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